El cuerpo de Emiliano Sala es velado en su natal Santa Fe, Argentina. Familiares, amigos e hinchas llegan hasta el gimnasio del club de San Martín de Progreso para despedirlo.
Padres, amigos, emisarios de Nantes y Bordeaux y vecinos de Progreso, el pueblo que vio crecer al argentino Emiliano Sala, llegan para despedirse del futbolista, fallecido cuando se preparaba para cumplir su sueño de jugar en la Premier League.
En el gimnasio del club de San Martín de Progreso, su primer club, donde jugó durante 10 años, se improvisó una capilla ardiente, a 500 km al norte de Buenos Aires. El ataúd está cubierto de flores y una bandera roja y negra, los colores de San Martín. Detrás del féretro, fue colocado un gran póster del jugador con la camiseta del FC Nantes, con la leyenda "Tu herencia será eterna".
Los clubes de la región y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) han enviado coronas. Cada familiar cae en los brazos de otro, desconsolados, mientras sus ojos enrojecen y se llenan de lágrimas.
Desde que el pequeño avión privado que transportaba al jugador, de 28 años, entre Nantes y Cardiff desapareció el 21 de enero, el pueblo de 3.000 anda cabizbajo. A la gente se le ha borrado la sonrisa.
El cuerpo fue extraído de la avioneta en el fondo del mar del canal de la Mancha, fue identificado y repatriado a Argentina el viernes. Los restos del piloto aún no han sido encontrados.
AFP
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