Este jugador brasileño Felipe Melo hizo una revelación impactante sobre la realidad que vivía cuando era un niño en su país.
Felipe Melo, futbolista brasileño que juega en el Inter de Milán, es conocido por la violencia que ejerce cada vez que juega. En una ocasión encarnó una pelea en el fútbol turco. Esta vez reveló, en una entrevista para Sky Sport, la dura realidad que le tocó vivir cuando era niño
1. CRUDA REALIDAD
“Si no hubiera sido futbolista, habría sido un asesino. Vivía en una de las favelas más peligrosas y allí había drogas y armas. Dejé aquella vida para perseguir mi sueño. A veces iba al entrenamiento y a la vuelta alguno de mis amigos había muerto. Tenía que decir sí al fútbol o a una mala vida. Y le dije que sí al fútbol y a una vida diferente”.
2. LA IMPORTANCIA DE SU ESPOSA
“Cuando conocí a mi esposa nació otro Felipe Melo. En Gremio me gastaba siempre todo el sueldo y llevaba una vida extraña. He tenido tres hijos con ella y con mi familia he conquistado todo lo que tengo ahora. Después de Dios, ellos son lo más importante. Se dice que detrás de cada gran hombre hay una gran mujer, y yo digo que la mujer siempre está al lado”.
3. SU INFANCIA JUNTO A SU PADRE
“Cuando me fichó el Flamengo fue difícil, porque al principio tenía que tomar un autobús que tardaba dos horas en llevarme al campo de entrenamiento. Además, tenía que pagarme el transporte. Mi padre, que a menudo hacía doble jornada de trabajo, dejó su empleo y empezó a llevarme a los entrenamientos. A veces le daba un poco de mi desayuno. Cuando tenía diez años, era solo un niño que quería jugar con los amigos y me preguntaba por qué todo era tan difícil. Ahora le doy mucha importancia a esos sacrificios porque me han permitido llegar hasta aquí”.
Felipe Melo jugó el Mundial Sudáfrica 2010 con la Selección Brasileña, en donde llegó hasta los cuartos de final después de ser eliminado ante Holanda. Justamente Felipe fue culpado y responsabilizado de la eliminación por dos errores puntuales.
Su juego fuerte ha sido su talón de Aquiles desde que inició su carrera. Justamente en Inter de Milán protagonizó una violenta jugada, en donde se ganó la tarjeta roja.
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