Francia venía de ganar la Copa del Mundo en 1998 y tuvo una dolorosa caída ante Senegal en el primer partido de Corea Japón 2002.
Francia es una de las selecciones más grandes del mundo, pero un día una discreta escuadra africana demostró que en el campo se miden once contra once.
Los ´Bleus´ llegaba a Corea Japón 2002 con la chapa de campeón del mundo y con figuras de la talla de Zinedine Zidane (lesionado), Thierry Henry, Emmanuel Petit, Marcel Desailly y Fabien Barthez, todo con miras a lograr un bicampeonato inédito.
El cuadro galo integraba el grupo A y tenía su primer partido ante Senegal, una excolonia francesa que logró su independencia en el verde con una sorpresiva victoria de 1-0.
Papa Bouba Diop entró a la historia del fútbol con un gol de rebote a los 30 minutos, el mismo que humilló a Francia en el partido inaugural en el Estadio Mundialista de Seúl.
Senegal fue la verdadera revelación de ese torneo, ya que se metió hasta cuartos de final tras superar en el grupo a Uruguay, Francia y Dinamarca; a Suecia en octavos, para caer finalemente ante Turquía con un dramático gol de oro.
Desde aquella vez, los ´Leones de Teranga´ no han vuelto a participar en un Mundial, pero viven con el grato recuerdo de humillar a Francia en un partido inaugural.
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