Más de 70 muertos dejó una gresca entre hinchas del Al Masry y Al Ahly, durante partido que disputaron en febrero.
El juicio contra 75 egipcios por la masacre del estadio de la ciudad mediterránea de Port Said, donde murieron el pasado 1 de febrero 74 personas en choques entre aficionados de dos clubes de fútbol, comenzó en un tribunal penal de El Cairo.
La sesión tuvo que ser suspendida durante un cuarto de hora poco después de su inicio, ya que los hinchas del club Al Masry, de Port Said, acusados de provocar la matanza irrumpieron en gritos y consignas dentro de la jaula en la que se hallan recluidos.
El juicio empezó bajo estrictas medidas de seguridad dentro y fuera del tribunal localizado en la Academia de la Policía, en las afueras de El Cairo, y en presencia de los acusados, las familias de las víctimas y numerosos abogados.
En la sesión, la Fiscalía General leyó las acusaciones, entre las que figuran los delitos de asesinato premeditado, posesión ilícita de armas y destrucción de propiedades públicas y privadas, por los hechos del pasado 1 de febrero en el estadio de Port Said, durante el partido de fútbol entre el Al Masry y el cairota Al Ahly.
Un letrado de la Fiscalía General explicó que los acusados, entre los cuales hay también altos cargos de la policía de Port Said y responsables del club Al Masry, atacaron a los hinchas de Al Ahly con armas blancas para vengarse por diferencias entre ellos y para demostrar su fuerza.
Algunos de los acusados apagaron las luces del estadio para facilitar que sus compañeros atacaran y mataran a miembros del club Al Ahly, según aseguró la Fiscalía en la vista, difundida por la televisión estatal.
Sin embargo, los procesados negaron a viva voz las acusaciones y empezaron a gritar consignas religiosas ("Alá es grande"), de solidaridad con los fallecidos y hasta en alusión al régimen del depuesto expresidente Hosni Mubarak: "Uno, dos, dónde está Hosni Mubarak".
Los inculpados cortaron al juez y se defendieron alegando que ellos no cometieron los delitos, sino que fueron los policías encargados de mantener la seguridad del estadio los autores de las agresiones.
El caos se adueñó de la sala del tribunal y algunos acusados subieron encima de los bancos e intentaron defenderse hablando directamente con los familiares de los víctimas, lo que llevó al tribunal a suspender la sesión, aunque unos minutos después ordenó su reanudación.
EFE
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