Emilio laferranderie, periodista uruguayo, nos dejó hace un año. Intentamos rebuscar algunos recuerdos de un mito en el periodismo continental.
Estimado Veco:
Hace un año le escribí una carta cuando usted se fue físicamente, realmente el paso del tiempo es vertiginoso. Recuerdo el 6 de febrero del 2010 promediando las 7 de la noche nos llama el jefe de informaciones de RPP, Percy Badajoz, pregunta ¿dónde estás? respondo, "Estoy en San Bartolo cuéntame ¿qué pasa?. "Ha fallecido el Veco, en instantes difundirá la noticia Miguel Humberto Aguirre, antes quería avisarte" nos relata el "Chino" con un tono solemne y sentido.
Luego de recibir esta información, llame a dos de sus mejores amigos en el Perú: al doctor Javier Quintana y a Jorge "Chupo" Arriola, créame Veco no logré terminar la conversación, las orillas de San Bartolo puede dar fe de este testimonio, cuando la voz se quiebra sólo habla el corazón, sabe lo que pasa, son 8 años que convivimos en una cabina. Nunca ufane ni lo haré una relación amical con usted, siempre lo respete.
Hoy 6 de febrero del 2011, puedo exteriorizar mis sentimientos y comprobar esa frase. Valoramos a las personas cuando no están a nuestro lado, creame, lo extraño, tengo postales en mi mente de varios detalles que jamás olvidare y felizmente en esta misiva, quiero decirle gracias por su generosidad, porque sus gestos siempre esquivaron la mezquindad.
Lo evoco con su vitalidad arrolladora, con la pasión que desbordaba, con el amor a su profesión y principalmente por su honestidad. Usted destilaba su voz y su pluma sin ningún tipo de compromisos, podríamos estar de acuerdo o no con sus reflexiones, pero usted demostraba su autenticidad.
Le pido un favor, envíele saludos a Miguelito de los Reyes, a Mario Grau, también a don Enrique Valdéz y al gordo Juan Carlos Talavera, dígale al "gato" Javier Chávez Campoverde que lo sigo queriendo. Otro favor, un abrazo cordial para Álvaro Ugaz y pídale a "Pichirro" Salinas que conserve su forma tan original y preserve esa sonrisa que ha transitado a la inmortalidad, estimado Emilio, le tengo la ultima, la del estribo, recuerde que un periodista nunca muere.
Martín Fernández Nieto
Comparte esta noticia