El portero y capitán Iker Casillas, con la canción "We are the champions" (Queen) de fondo, vistió a la diosa Cibeles con una bandera de España y el escudo del Real Madrid.
Madrid se echó a la calle la madrugada del jueves para celebrar la Copa del Rey obtenida por el Real Madrid en una emocionante final ante el eterno rival, el FC Barcelona.
Los aficionados del equipo merengue se empezaron a congregar tras el pitido final en la céntrica plaza de Cibeles, justo delante del ayuntamiento de la capital española, donde se proyectaban unos balones de fútbol diseñados con láser y los altavoces hacían retumbar el clásico cántico de "campeones".
Los primeros aplausos de la noche estallaron cuando la pantalla gigante instalada en la plaza mostraba al rey Juan Carlos ofrecerle el trofeo al capitán del equipo, el portero Iker Casillas.
Fue hacia esta plaza, el lugar histórico de las celebraciones del Madrid, donde se dirigió la plantilla merengue al volver de la final disputada en Valencia, donde el galés Gareth Bale marcó el gol de la victoria (2-1) a solo cinco minutos del final, hundiendo aun más al eterno rival, el Barza, en caída libre en las últimas semanas.
"Ganar la Copa ya es fantástico, ganar contra el Barcelona todavía más. Vamos a hacer la fiesta toda la noche", celebraba Ezequiel Muñoz, un estudiante de 20 años con la camiseta del central Sergio Ramos que acudió a Cibeles con una decena de amigos.
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