El directivo señaló que se aleja del Barcelona por los ataques que ha venido recibiendo su familia y para preservar la imagen del club.
Sandro Rosell ha explicado que su decisión de dimitir hoy como presidente del Barcelona es para preservar la imagen del club ante "ataques injustos", en referencia a la querella por apropiación indebida por el fichaje de Neymar.
Rosell ha denunciado, en una comparecencia sin preguntas, que "desde hace tiempo" tanto él como su familia han sufrido "en silencio amenazas y ataques" que le han hecho pensar "si ser presidente significa tener que poner en riesgo" a su familia.
"En los últimos días, una injusta y temeraria acusación de apropiación indebida ha desembocado en una querella contra mí en la Audiencia Nacional. Desde el primer momento he dicho que el fichaje de Neymar es correcto y que la contratación ha provocado la desesperación y la envidia de algunos de nuestros adversarios", ha asegurado.
Asimismo, Rosell ha repasado los "éxitos" de su mandato que, según ha dicho, "son el resultado de vencer en los terrenos de juego y superar innumerables obstáculos extradeportivos, políticos, externos y, lo que es peor, algunas veces de nuestro propio entorno", ha dicho.
En este sentido, ha defendido su liderazgo y gestión: "Al liderazgo deportivo mundial que arrancó con Ronaldinho en aquella final en París, y que continuó con los goles de Messi en Roma y Londres, se ha sumado una gestión económica eficaz, que nos ha permitido seguir siendo competitivos, reducir la deuda, recuperar y ampliar nuestro patrimonio".
Por último, ha defendido el proyecto de construcción de un nuevo estadio aprovechando la estructura del Camp Nou, una decisión que se someterá a referéndum el 5 ó 6 de abril.
EFE
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