El delantero peruano mencionó en The New York Times que su situación hace que sus padres no puedan ni dormir.
Paolo Guerrero no se entrega a su sanción del TAS y este martes tendrá una reunión con el presidente de la FIFA Giani Infantino. El 'Depredador' quiere agotar hasta el último recurso para poder jugar el Mundial, pero en este camino los más afectados son sus padres.
"Mi madre y mi padre son las personas más importantes de mi vida. Verlos tan tristes, tan preocupados que no pueden dormir porque no verme vivir mi sueño, es lo peor", mencionó el jugador peruano en una entrevista para The New York Times.
El delantero de 34 años fue sancionado con 14 meses (ya cumplió seis) y con esto no podría jugar en Rusia 2018 y regresaría a las canchas en enero del 2019. Sus padres lo han acompañado durante todo este proceso y confían en que Paolo Guerrero pueda conseguir una amnistía que le permita jugar la Copa del Mundo.