La ubicación no es la única buena sensación que queda luego del certamen continental, también hay definiciones que seguro servirán para lo que se viene, las eliminatorias.
La Copa América 2019 dejó más cosas buenas que malas para la Selección Peruana. A Brasil no se llegó del todo bien, sin embargo, el final fue con sonrisa (no celebración), a pesar de haberse despedido con una derrota. Es un podio muy valorado, pero que significa más que una medalla de plata.
Se encontraron los centrales
Aquí hay dos buenas noticias en una. Primero está el regreso de un maduro Carlos Zambrano. El central del Basilea no sólo se mostró solvente desde lo futbolístico. Rápido, fuerte, con buen juego aéreo y muy atento en las coberturas. Además, fuerte de la cabeza. A pesar del excepticismo, siempre se controló cuando tuvo que ir a una dividida y en ningun momento cayó en la provocación de los rivales. Lo segundo está relacionado a lo primero: la mejora de Abram al lado de Carlos.
Gareca había probado hasta con cinco duplas distintas, pero la Copa América le ha servido para encontrar la que consolidará pensando en las eliminatorias. Zambrano hace mejor a Abram.
La ratificación de Cueva y Gallese
No llegaban en sus mejores momentos a la Copa América, sin embargo en Brasil respondieron a la confianza de Gareca.
Christian Cueva, mejor libre que por la banda, fue de los más regulares en Perú. Siempre activo, mostrandose y por momentos con acciones que derivaron en goles o jugadas de peligro.
Lo de Pedro Gallese fueron cuestionamientos por lo vivido en su club, a pesar que con la blanquirroja no habia hecho nada para poner en duda su titularidad. Figura ante Uruguay y Chile, supo reponerse del golpe duro que significó recibir cinco goles de Brasil, con ‘blooper’ incluido.
El sistema madre está de regreso
Luego de experimentar con el 4-3-3 frente a Venezuela y pasar a jugar con dos puntas (4-4-2) ante Bolivia y Brasil, el comando técnico optó por el regreso en la fase eliminatoria al 4-2-3-1 que tantos resultados le dio en los últimos dos años.
Carrillo y Flores se insertaron en el once, dejando a Cueva con libertad para moverse por todo el frente de ataque detrás de Paolo Guerrero. Jugando así, Tapia y Yotún también encontraron sus picos de rendimiento en el torneo. Lo conocido, aun leido, pero sabiendo cada palabra que se escribe.
La vigencia de Paolo Guerrero
Por tercera vez en Copas América, el capitán de la Selección Peruana estuvo en lo más alto de la tabla de goleadores. Esta vez junto a Everton con tres cada uno. El primero y el último de ‘La Blanquirroja’, con el intermedio de uno más en el ‘Clásico del Pacífico’.
Guerrero mostró estar a plenitud con 35 años y tanto sólo dos meses de actividad tras su suspensión. Líder nato, ‘puso la cara’ cuando la crisis acechó y con gestos positivos expuso la unión del grupo.
A uno de ‘ Lolo’ y a tres de Norberto Méndez y Zizinho en una año amenaza con ser el anotador máximo del torneo más antiguo de selecciones.
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