El legado de este japonés perfeccionista, ´el emperador´ del celuloide nipón, complejo y de genio brusco sigue vivo en muchas de las producciones del cine actual.
Cuando se cumplen cien años del nacimiento del director Akira Kurosawa, "el emperador" del celuloide nipón, el legado de este japonés perfeccionista, complejo y de genio brusco sigue vivo en muchas de las producciones del cine actual.
"Lo occidental y lo japonés conviven codo con codo en mi mente, sin el menor sentimiento de conflicto", aseguraba el gran maestro del cine nipón, cuyo centenario se cumple hoy, sin que se hayan anunciado grandes eventos en Tokio, su ciudad natal.
Lo cierto es que durante muchos años la obra de Kurosawa tuvo más admiradores en el mundo occidental que en Japón, donde ahora, un siglo después de su nacimiento, se recuerda al que fuera uno de sus directores más grandes con orgullo, pero sin actos institucionales de relieve.
Y es que las celebraciones sobre el centenario se han visto ensombrecidas por el escándalo que ha salpicado a la Fundación Akira Kurosawa, creada tras la muerte del cineasta, en 1998, y que dirige su hijo, Hisao Kurosawa.
A finales de febrero, un periódico local informó de que las autoridades investigan el paradero de unos 380 millones de yenes (unos 3 millones de euros) del patrimonio de la Fundación -que podría estar en riesgo de bancarrota- y el papel de Hisao, de 65 años, en un supuesto delito de malversación.
Una portavoz de la Fundación, que no ha confirmado estas informaciones, indicó a Efe que los datos sobre los actos del centenario están en manos de los estudios Toho, la productora de Kurosawa, que por ahora sólo ha anunciado una retrospectiva sobre el director que comenzará este sábado en la capital nipona.
Fue en los estudios Toho donde un joven Kurosawa dio, en 1936, sus primeros pasos en el cine como ayudante de dirección del realizador Kajiro Yamamoto, quien se convirtió en su primer maestro.
En 1943 escribió y dirigió su primera película "Sugata sanshiro" (La leyenda del gran Judo), cuyo éxito le obligó a filmar, dos años después, una segunda parte titulada "Zoku sugata sanshiro" (La nueva leyenda del gran Judo), con la que pasó a la primera línea del cine japonés.
Pero su éxito internacional llegaría con el filme "Rashomon" (1950), protagonizada por su actor fetiche, Toshiro Mifune, y que logró el León de Oro del Festival de Venecia y el Óscar a la mejor película extranjera.
Su larga filmografía en los años sucesivos inmortalizó su nombre entre los grandes directores de la historia del cine y le valió una legión de admiradores, también en el todopoderoso Hollywood, donde es reverenciado por directores como George Lucas, Steven Spielberg, Francis Ford Coppola o Quentin Tarantino.
"La influencia de Kurosawa se percibe en buena parte del cine contemporáneo. Por ejemplo, fue el pionero en esos desplazamientos de cámara que son ahora básicos en Hollywood y el cine de Asia. ¿Dónde estarían Ang Lee, John Woo o Zhang Yimou sin el legado de Kurosawa?", se pregunta el crítico Peter Cowie, experto en cine nipón.
Con motivo del centenario del director, Cowie ha publicado el libro "Akira Kurosawa: Master of Cinema", que bucea en su biografía, la influencia de su obra y una búsqueda de la perfección que rayaba en la obsesión.
También con ocasión de los 100 años de Kurosawa se han publicado nuevas colecciones en DVD de sus películas y se ha difundido una restauración digital de "Rashomon", mientras festivales de medio mundo le dedican este año ciclos especiales.
En Japón, pese a la modestia de los eventos conmemorativos, la Universidad de Ryukoku, en la ciudad de Kioto, recordó que cien años después del nacimiento del genio sus archivos más personales están al alcance de cualquiera en internet.
Tras una ingente labor de digitalización, la universidad concluyó el año pasado el mayor archivo abierto de Kurosawa en la página web www.afc.ryukoku.ac.jp/Komon/kurosawa/index.html, donde hay unas 20.000 páginas con anotaciones, dibujos, guiones gráficos y fotos del gran maestro del cine nipón.
-EFE-
"Lo occidental y lo japonés conviven codo con codo en mi mente, sin el menor sentimiento de conflicto", aseguraba el gran maestro del cine nipón, cuyo centenario se cumple hoy, sin que se hayan anunciado grandes eventos en Tokio, su ciudad natal.
Lo cierto es que durante muchos años la obra de Kurosawa tuvo más admiradores en el mundo occidental que en Japón, donde ahora, un siglo después de su nacimiento, se recuerda al que fuera uno de sus directores más grandes con orgullo, pero sin actos institucionales de relieve.
Y es que las celebraciones sobre el centenario se han visto ensombrecidas por el escándalo que ha salpicado a la Fundación Akira Kurosawa, creada tras la muerte del cineasta, en 1998, y que dirige su hijo, Hisao Kurosawa.
A finales de febrero, un periódico local informó de que las autoridades investigan el paradero de unos 380 millones de yenes (unos 3 millones de euros) del patrimonio de la Fundación -que podría estar en riesgo de bancarrota- y el papel de Hisao, de 65 años, en un supuesto delito de malversación.
Una portavoz de la Fundación, que no ha confirmado estas informaciones, indicó a Efe que los datos sobre los actos del centenario están en manos de los estudios Toho, la productora de Kurosawa, que por ahora sólo ha anunciado una retrospectiva sobre el director que comenzará este sábado en la capital nipona.
Fue en los estudios Toho donde un joven Kurosawa dio, en 1936, sus primeros pasos en el cine como ayudante de dirección del realizador Kajiro Yamamoto, quien se convirtió en su primer maestro.
En 1943 escribió y dirigió su primera película "Sugata sanshiro" (La leyenda del gran Judo), cuyo éxito le obligó a filmar, dos años después, una segunda parte titulada "Zoku sugata sanshiro" (La nueva leyenda del gran Judo), con la que pasó a la primera línea del cine japonés.
Pero su éxito internacional llegaría con el filme "Rashomon" (1950), protagonizada por su actor fetiche, Toshiro Mifune, y que logró el León de Oro del Festival de Venecia y el Óscar a la mejor película extranjera.
Su larga filmografía en los años sucesivos inmortalizó su nombre entre los grandes directores de la historia del cine y le valió una legión de admiradores, también en el todopoderoso Hollywood, donde es reverenciado por directores como George Lucas, Steven Spielberg, Francis Ford Coppola o Quentin Tarantino.
"La influencia de Kurosawa se percibe en buena parte del cine contemporáneo. Por ejemplo, fue el pionero en esos desplazamientos de cámara que son ahora básicos en Hollywood y el cine de Asia. ¿Dónde estarían Ang Lee, John Woo o Zhang Yimou sin el legado de Kurosawa?", se pregunta el crítico Peter Cowie, experto en cine nipón.
Con motivo del centenario del director, Cowie ha publicado el libro "Akira Kurosawa: Master of Cinema", que bucea en su biografía, la influencia de su obra y una búsqueda de la perfección que rayaba en la obsesión.
También con ocasión de los 100 años de Kurosawa se han publicado nuevas colecciones en DVD de sus películas y se ha difundido una restauración digital de "Rashomon", mientras festivales de medio mundo le dedican este año ciclos especiales.
En Japón, pese a la modestia de los eventos conmemorativos, la Universidad de Ryukoku, en la ciudad de Kioto, recordó que cien años después del nacimiento del genio sus archivos más personales están al alcance de cualquiera en internet.
Tras una ingente labor de digitalización, la universidad concluyó el año pasado el mayor archivo abierto de Kurosawa en la página web www.afc.ryukoku.ac.jp/Komon/kurosawa/index.html, donde hay unas 20.000 páginas con anotaciones, dibujos, guiones gráficos y fotos del gran maestro del cine nipón.
-EFE-
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