Apuntó además que le gustan los actores "viscerales", con "sentido natural del humor, instinto e intuición" sin importarle si son "inteligentes.
El cineasta español Pedro Almodóvar consumió "bastante cocaína" pero dejó la droga porque le bloqueaba y "prefería seguir viviendo y estar lúcido", según afirmó en una entrevista que publica hoy el diario Clarín, de Buenos Aires.
Apuntó además que le gustan los actores "viscerales", con "sentido natural del humor, instinto e intuición" sin importarle si son "inteligentes".
"Yo no sé si soy bueno o no, no estoy tan seguro de mí mismo, sí estoy seguro de mis películas", aseguró Almodóvar al indicar que su admiración por el "cine negro" se refleja en el filme "Los abrazos rotos", que acaba de presentar en el Festival de Cannes.
"No creo que sea el mejor director del mundo, pero si hoy se estrena (la cinta) en Francia me preocupan muchísimo las críticas aunque pretendo que no sea así", comentó.
"La incertidumbre para mí siempre es la misma. Este negocio, esta profesión no es una ciencia exacta", agregó.
Señaló que "Los abrazos rotos" es una película "muy emocional" en la que tuvo que "secar todas esas lágrimas" que vertían los actores durante las primeras tomas de la filmación porque "no quería ni una sola lágrima".
"Es una película que conmociona más que emociona. Creo que es una sensación un poco más incómoda. La lágrima es algo sedativo, relajante", matizó.
Almodóvar, de 60 años, dijo que le está dando "un muy buen resultado" el tratamiento que lleva a cabo para curarse de la migraña "de tipo genético" que padece y que se había recrudecido "enormemente" en los últimos tres años.
"Las drogas para mi generación son algo cotidiano. Tomé bastante cocaína, pero cuando ya no me excitaba sino que me bloqueaba, la dejé porque prefería seguir viviendo y estar lúcido", confesó por otra parte.
"Me gustan los actores viscerales, sin prejuicios, eso es esencial. Con sentido del humor, instinto e intuición. No es necesario que sean inteligentes. Actuar no pasa por la cabeza", comentó el cineasta español.
EFE
Apuntó además que le gustan los actores "viscerales", con "sentido natural del humor, instinto e intuición" sin importarle si son "inteligentes".
"Yo no sé si soy bueno o no, no estoy tan seguro de mí mismo, sí estoy seguro de mis películas", aseguró Almodóvar al indicar que su admiración por el "cine negro" se refleja en el filme "Los abrazos rotos", que acaba de presentar en el Festival de Cannes.
"No creo que sea el mejor director del mundo, pero si hoy se estrena (la cinta) en Francia me preocupan muchísimo las críticas aunque pretendo que no sea así", comentó.
"La incertidumbre para mí siempre es la misma. Este negocio, esta profesión no es una ciencia exacta", agregó.
Señaló que "Los abrazos rotos" es una película "muy emocional" en la que tuvo que "secar todas esas lágrimas" que vertían los actores durante las primeras tomas de la filmación porque "no quería ni una sola lágrima".
"Es una película que conmociona más que emociona. Creo que es una sensación un poco más incómoda. La lágrima es algo sedativo, relajante", matizó.
Almodóvar, de 60 años, dijo que le está dando "un muy buen resultado" el tratamiento que lleva a cabo para curarse de la migraña "de tipo genético" que padece y que se había recrudecido "enormemente" en los últimos tres años.
"Las drogas para mi generación son algo cotidiano. Tomé bastante cocaína, pero cuando ya no me excitaba sino que me bloqueaba, la dejé porque prefería seguir viviendo y estar lúcido", confesó por otra parte.
"Me gustan los actores viscerales, sin prejuicios, eso es esencial. Con sentido del humor, instinto e intuición. No es necesario que sean inteligentes. Actuar no pasa por la cabeza", comentó el cineasta español.
EFE
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