A pesar de la poca cantidad de compradores que hay alrededor del mediodía, caminar por los jirones Andahuaylas y Cusco es una tarea casi imposible por los vendedores que invaden las vías.
A pesar de los esfuerzos de la Municipalidad de Lima por retirar a los ambulantes de la zona comercial de LIma, su presencia sigue generando desorden e incomodidad entre el público que se acerca a Mesa Redonda durante esta temporada de compras de fin de año.
En un recorrido realizado por la agencia Andina en esa parte de la ciudad, se pudo observar que a pesar de la poca cantidad de compradores que hay alrededor del mediodía, caminar por los jirones Andahuaylas y Cusco es una tarea casi imposible.
Los ambulantes que en esta época del año invaden las veredas con juguetes o adornos navideños y los carretilleros con productos de todo tipo complican la circulación de personas y vuelven a estas vías en lugares difíciles para salir en casos de una emergencia.
Vivimos en primera persona lo difícil que es movilizarse esquivando la mercadería que se encuentra en las aceras o lo incómodo que resultan los estibadores que no respetan a los transeúntes.
Pudimos percatarnos además que, a pesar de que la presencia policial es constante en la zona, los ambulantes simplemente se esconden en alguna tienda o pasadizo al ver pasar a los efectivos pero cuando estos se van, regresan inmediatamente con sus productos a las veredas a seguir vendiendo.
Esto configura una situación preocupante al tener en cuenta que este espacio recibirá una mayor cantidad de visitantes en las próximas semanas y que todavía está en el recuerdo popular la tragedia acontecida en Mesa Redonda en el año 2001.
ANDINA
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