Las mujeres rechazaron el proyecto de ley que obstaculiza los partos en casa. "Por el derecho a elegir cómo, dónde y con quién parir", fue el lema de la protesta.
Con el torso desnudo y pintado, parteras y madres se concentraron frente al ministerio de Salud argentino para protestar por el proyecto de ley que obstaculiza los partos en casa y reivindicar el derecho de las mujeres a decidir "cómo, dónde y con quién" dar a luz.
Alrededor de medio centenar de mujeres se manifestaron en Buenos Aires, encabezadas por siete parteras y madres que con el torso desnudo, pechos pintados y bailes a ritmo de tambores, defendieron el derecho de las madres a elegir la forma en la que desean dar a luz.
Bajo el lema "por el derecho a elegir cómo, dónde y con quién parir" y convocada por la Asociación Argentina de Parteras Independientes (AAPI), la manifestación exigió la retirada de una iniciativa legislativa que, de aprobarse, restringiría el parto en el domicilio e impediría a las parteras ejercer su profesión
En declaraciones a Efe, Natalia Idiart, partera y madre que dio a luz en casa a dos niños, aseguró que si el proyecto sobre el ejercicio profesional de la obstetricia sale adelante, su sector no estará habilitado para asistir a domicilio.
La regulación, aprobada en la Cámara de Diputados el año pasado pero actualmente paralizada, introduciría "una traba burocrática tras otra" y criterios de exclusión del parto en casa "absurdos" y "faltos de evidencia científica", según la partera.
Idiart denunció que este hecho provocará que las parteras no puedan asistir o que cuando lo hagan, sea siempre en un marco de "total alegalidad o ilegalidad", lo que, inevitablemente, irá de la mano de problemas de salud para las mujeres.
Según las estadísticas de la asociación, un tercio de quienes eligen parir en casa lo hace porque les practicaron una cesárea previamente y consideran que en un centro médico "no les van a dar el tiempo necesario" o tendrán que someterse a otra.
Asimismo, otro tercio de las mujeres toma esta decisión porque ya fue víctima de violencia obstétrica, mientras que las restantes simplemente lo hacen "porque saben lo que va a pasar y no quieren" atravesar esa experiencia, según AAPI.
Para Idiart, esta forma de traer a tus hijos al mundo rescata "el instinto puro" de la madre y el bebé porque respeta "los tiempos" y la naturaleza de ambos, algo "maravilloso" que "se está perdiendo".
"El nacimiento no es un número más, una cama más: es un momento único e irrepetible en la vida", añadió.
Con ella coincidió Eugenia Giménez -quien también se convirtió en madre en su casa-, al sostener que se trata de una manera de respetar la naturaleza, ya que "cada cuerpo sabe lo que hay que hacer cuando tiene que parir".
"Mi experiencia fue súperrespetuosa", afirmó a Efe mientras amamantaba a su bebé de cuatro meses durante la manifestación.
Giménez hizo hincapié en que su partera dejó que ella fuera dueña de su propio cuerpo: "simplemente observaba e intervenía cuando yo se lo pedía y si había alguna complicación, ella estaba disponible".
"Creo que, a veces, las mujeres estamos mal informadas y somos víctimas del miedo", declaró, antes de añadir que "es mucho peor que te corten (en una cesárea) y negarle la posibilidad a tu hijo de salir por sí mismo".
Por eso considera que el parto tiene que ocurrir donde decida cada mujer y que ningún gobierno debería "meterse" en su cuerpo y tomar decisiones por ella porque el nacimiento "no es una patología" sino algo "natural y fisiológico".
Giménez admitió que el proceso fue intenso pero, para ella, forma "parte de esta vida" saber tolerar, reconocer y aceptar el dolor, y más cuando el objetivo es obtener la "recompensa" de un hijo.
EFE
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