Sin embargo Anders Behring Breivik se declaró no culpable de la muerte de 77 personas, ya que dijo actuó en defensa propia.
El ultraderechista Anders Behring Breivik admitió en el primer día del juicio por los atentados del pasado julio en Noruega, en los que murieron 77 personas, la autoría de los hechos, aunque se declaró "no culpable".
"Reconozco los hechos, pero no la culpabilidad. Actué en defensa propia", dijo Breivik a la pregunta de la jueza, después de que la fiscal Inga Bejer Engh leyera la acusación en su contra, cuyas líneas generales ya habían sido difundidas hace un mes.
Durante una hora, Engh repasó los 77 "homicidios premeditados", además de un delito de terrorismo, de que está acusado Breivik.
La fiscal hizo una descripción breve de cada víctima mortal y cada herido en el doble atentado: primero con un coche bomba en el complejo gubernamental de Oslo y luego en la isla de Utøya, al oeste de la capital, donde asesinó a 69 personas que asistían al campamento de las Juventudes Laboristas.
Engh, que dijo que los crímenes tienen una dimensión "nunca antes vista en nuestra historia moderna", se limitó a nombrar a cada víctima, decir dónde estaba y cómo murió o resultó herida.
Breivik permaneció impasible, con la cabeza agachada y mirando hacia abajo, mientras en la sala en silencio algunos de los familiares de las víctimas lloraban o cerraban los ojos, aunque ninguno abandonó el recinto.
Engh recordó que la Fiscalía pide, de acuerdo con el primer informe mental realizado a Breivik -que lo considera un enfermo mental-, que sea transferido a un centro psiquiátrico, ya que una persona no puede ser condenada a pena de cárcel si no es penalmente responsable de sus actos.
Pero la Fiscalía mantiene una "expresa reserva" relacionada con el resultado del segundo estudio mental, que concluyó que Breivik no se hallaba en estado psicótico cuando cometió los atentados y que por tanto es penalmente responsable, y el resultado de la presentación de pruebas a lo largo del proceso.
La declaración de Breivik, que comenzará este martes y las de los testigos, además de las observaciones que realicen durante el proceso los dos equipos de psiquiatras que lo han examinado, serán fundamentales para determinar su estado mental.
El ultraderechista saludó con el brazo extendido y el puño cerrado al entrar en la sala.
Breivik, que se mostró tranquilo y sonriente, llegó escoltado por dos policías y esperó a que le quitasen las esposas para saludar con el brazo extendido, y luego estrechó las manos de los psiquiatras que lo han examinado con anterioridad y que se acercaron adonde él estaba sentado.
Hasta el tramo final del juicio, que durará diez semanas, la Fiscalía no decidirá qué pena solicita para él: ingreso en un psiquiátrico o condena de cárcel de 21 años más custodia, una figura que puede equivaler a cadena perpetua, ya que si se estima que sigue siendo un peligro social, puede ser recluido de forma indefinida.
Tras la declaración de no culpabilidad de Breivik y una pausa de media hora, el juicio se reanudó con la explicación introductoria del caso del otro fiscal, Svein Holden, que durará entre tres horas y media y cuatro.
EFE
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