"Los corazones y oraciones de los estadounidenses están con las víctimas de este horrendo ataque y sus familias", dijo Obama en un mensaje desde la Casa Blanca.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, condenó este martes el "atroz" ataque de los talibanes contra una escuela en Pakistán, que ha causado la muerte de al menos 136 personas y ha dejado heridas a 100, y reiteró su compromiso con la lucha contra el terrorismo y el extremismo.
"Estados Unidos condena en los términos más fuertes el horrendo ataque", subrayó Obama en un comunicado divulgado por la Casa Blanca, en el que también dijo que "los corazones y oraciones" de los estadounidenses están con las víctimas de la masacre y sus familias.
Al golpear con su ataque a estudiantes y educadores, "los terroristas han mostrado una vez más su depravación", aseguró el mandatario.
"Estamos con el pueblo de Pakistán y reiteramos el compromiso de Estados Unidos de apoyar al Gobierno de Pakistán en sus esfuerzos para combatir el terrorismo y el extremismo, y para promover la paz y la estabilidad en la región", concluyó Obama.
Poco antes del comunicado con las declaraciones del presidente, EE.UU. ya había condenado el ataque "inhumano" y "sin sentido" a través de su embajador en Pakistán, Richard Olson.
"Pocos han sufrido más a manos de terroristas y extremistas que el pueblo de Pakistán", enfatizó el diplomático.
La matanza ocurrió en un colegio gestionado por los militares en la ciudad de Peshawar, en el noroeste del país, y ha causado la muerte al menos de 136 personas, la mayoría estudiantes, además de dejar heridas a otras 100.
El ataque comenzó antes del mediodía (sobre las 8.00 GMT) cuando 10 insurgentes vestidos con uniformes del Ejército irrumpieron en la escuela abriendo fuego y lanzando granadas contra niños y profesores, dijo a Efe el portavoz de la Policía de Peshawar, Seid Wali.
Testigos presenciales explicaron a medios locales que los talibanes fueron de clase en clase disparando a los estudiantes.
El principal grupo talibán paquistaní, el Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), reivindicó el ataque y lo justificó asegurando que para el Ejército "nuestras familias son objetivos" en las operaciones militares lanzadas contra los insurgentes en las zonas tribales de Waziristán del Norte y Khyber.
El ataque es uno de los peores de los últimos años en el país asiático, que vivió a principios de noviembre un atentado que causó 57 muertos y 112 heridos en el puesto fronterizo de Pakistán con la India de Wagah.
El Ejército pakistaní desarrolla una campaña desde junio contra enclaves insurgentes en las regiones de Waziristán y Kyhber con continuos bombardeos y operaciones terrestres que, de acuerdo con fuentes oficiales, han causado más de mil muertos.
EFE
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