Además, exigió la absolución por entender que actuó en defensa de su país. "Actué en nombre de mi pueblo, mi religión y mi país", señaló.
El ultraderechista Anders Behring Breivik cerró hoy el juicio por los atentados del 22 de julio de 2011 en Noruega en los que mató a 77 personas reclamando su absolución por entender que actuó en defensa de su país, y amenazando con nuevos ataques de otros extremistas.
La sentencia del caso, que se ha prolongado diez semanas, se conocerá el 24 de agosto, informó el tribunal de Oslo.
"Los atentados del 22 de julio fueron ataques preventivos en defensa de mi grupo étnico, y por eso no puedo reconocer la culpa. Actué en nombre de mi pueblo, mi religión y mi país. Exijo ser puesto en libertad", dijo Breivik, según medios digitales noruegos.
La historia juzgará a los cinco jueces del tribunal si condenan a un hombre que intentó frenar "el mal de hoy en día", sostuvo Breivik, quien volvió a apelar a la historia para decir que "a veces es necesario cometer una barbarie para frenar otra aún mayor".
Breivik defendió que es penalmente responsable y no padece ningún transtorno grave, y atacó a los dos autores del primer informe psiquiátrico, que le diagnosticaron una esquizofrenia paranoide, porque son los únicos de un total de 37 expertos que han encontrado síntomas psicóticos en él.
El ultraderechista dijo que los noruegos "responsables" no se van a resignar y van a luchar para no ser minoría en su país por culpa de la sociedad multicultural que defiende la elite política.
"Mis hermanos en los movimientos de resistencia noruego y europeo están sentados siguiendo este caso mientras planean nuevos ataques. Pueden ser responsables de que 40.000 personas mueran", dijo amenazante a los jueces.
Como ejemplo, citó el reciente hallazgo de un explosivo en una central nuclear sueca, en un caso donde no ha habido arrestos, pero que él atribuye a sus "hermanos" en el movimiento de resistencia.
Si los marxistas y los liberales que "controlan" Noruega quieren evitar un conflicto con los nacionalistas y conservadores, deben crear una zona reservada para ellos, como se hace con otros pueblos originarios en otras partes, lejos del "infierno multiétnico", afirmó.
EFE
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