Un año después, Cecilia es consciente de que su vida ha cambiado y su afición por la pintura se ha plasmado en un Ecce Homo original realizado por ella que se ha reproducido para las etiquetas de unas botellas de vino.
Cecilia Giménez, autora de la polémica restauración del Ecce Homo de Borja, culmina ahora el año más intenso de su vida siendo copropietaria de la imagen que la hizo mundialmente famosa por el resultado de los "retoques" que realizó a la pintura del santuario de esa localidad del norte de España.
La pintora, de 82 años, recuerda a Efe que se vio desbordada hace un año por la repercusión mundial que adquirió la restauración de esta obra del Santuario de la Misericordia y reconoce que fue un asunto "muy gordo" para ella, pero un año después afirma sentirse "agradecida y contenta" por el comportamiento "tanto el público como los medios de comunicación".
La culminación de este ajetreado año fue el convenio, firmado el miércoles entre la fundación benéfica Hospital Sancti Spiritus que preside el alcalde de Borja, Miguel Arilla, y la autora de la restauración, que establece que el reparto de los beneficios que genere en el futuro la explotación de la imagen restaurada se repartirán en un 51 por ciento para la entidad y en un 49 por ciento para Cecilia Giménez.
Además, el acuerdo abre la puerta a los descendientes del pintor original del Ecce Homo, Elías García Martínez, para que puedan adherirse al mismo, una posibilidad que ya conocen aunque por el momento no han adoptado una decisión al respecto, indicó a Efe el alcalde.
A principios de septiembre, la fundación y el representante legal de Cecilia se reunirán para estudiar cómo se puede seguir explotando esta imagen y que pueda continuar aportando beneficios, algo para lo que barajan la venta de "merchandising" o propuestas como la realizada por una productora alemana para filmar una película con el Ecce Homo como fondo que "hay que estudiar", dijo Arilla.
El acuerdo rubricado el miércoles se celebró con ambiente festivo y la participación de los vecinos a las puertas del santuario de Borja y sirvió para conmemorar el primer aniversario desde que la noticia de la curiosa restauración saltó a los medios de comunicación.
UN AÑO DESPUÉS
La vecina más famosa de la localidad valora este acuerdo que le permite "ser dueña del Ecce Homo", porque hasta ahora no lo ha sido y agradece la celebración de la firma que fue "un homenaje" para ella pese a que, añade, "estas cosas no me llenan y no me las creo".
Un año después, Cecilia es consciente de que su vida ha cambiado y su afición por la pintura, que vive desde pequeña y que "nunca" ha perdido, se ha plasmado en un Ecce Homo original realizado por ella que se ha reproducido para las etiquetas de las botellas de vino "Edición especial: Cecilia Giménez", de Bodegas Ruberte de Magallón (Zaragoza).
La producción de la pintora ha sido prolífica desde diciembre de 2012 ya que ha realizado 27 cuadros, "de diferentes temas" que se encuentran expuestos, desde el pasado 13 de agosto y hasta este próximo domingo, en el santuario de la Misericordia de Borja.
De ellos, ha vendido ocho "a vecinos de Borja, Zaragoza y otros sitios" y le han llegado propuestas de llevar la exposición a otros países como Japón, aunque reconoce que no sabe si este proyecto o futuras muestras podrán ver la luz "porque igual no me queda obra y depende de las ganas que tenga de pintar porque soy ya muy mayor. Tengo 82 años", ha recordado.
Los beneficios que la autora de la restauración del Ecce Homo pueda recaudar con la venta de estos cuadros y con la reproducción de la etiqueta para las botellas de vino quedan al margen del acuerdo firmado con la fundación benéfica que regenta una residencia de ancianos en Borja.
Estas dependencias ya se beneficiaron en el último año de los beneficios generados por la fama adquirida por el Ecce Homo ya que los donativos dados hasta la fecha por los 70.000 visitantes que se han acercado a ver la obra restaurada por Cecilia se han cifrado en 50.000 euros (unos 67.000 dólares) que se destinaron al mantenimiento del propio santuario, a los gastos de personal -dado que anteriormente abría solo dos meses en verano- y a la residencia.
GRANDES BENEFICIOS
De hecho, el alcalde y presidente de la fundación explica que la residencia tenía un espacio interior que se está habilitando con un jardín en el que se instalarán aparatos y equipamientos para que los mayores puedan hacer ejercicio.
El alcalde reconoce que el efecto que tuvo la restauración realizada por Cecilia también fue difícil de digerir en un principio para el pueblo y añade que, en este tiempo, realizó "un máster gratuito" sobre propiedad intelectual e industrial y otros asuntos pero añade que, un año después, este hecho fue "muy positivo para Borja".
"Ha venido muy bien a la hostelería y al comercio que vende productos de la zona porque el invierno se preveía muy crudo", recuerda Arilla, y en los meses de enero, febrero y marzo ya hubo "un goteo" de visitantes y turistas a la localidad para conocer el Ecce Homo y que posibilitó que esta población de 5.000 habitantes "hoy sea conocida en todo el mundo".
Desde Semana Santa y, "sobre todo, conforme se acercaba el primer aniversario y la noticia ha vuelto a los medios, se ha producido un repunte del número de visitantes", dice el alcalde, quien asegura que, recientemente, llegaron a pasar por el santuario "900 personas en un solo día" y una media de "700 u 800 personas los fines de semana".
La procedencia de las personas que llegan a Borja interesados por Ecce Homo es "muy variada" y aunque siguen desplazándose extranjeros lo hacen "en menor medida".
No obstante, subraya el interés de medios de comunicación extranjeros por esta historia y, en especial, de las televisiones japonesas.
"No se cuántas camisetas y gorras con la imagen del Ecce Homo de Borja debe de haber por Japón", concluye el alcalde de Borja.
EFE
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