Según la agencia oficial Xinhua, que cita a las autoridades locales, los trece muertos formaban parte de un grupo de atacantes que fueron abatidos por las fuerzas de seguridad, mientras que tres policías resultaron heridos levemente en el suceso.
Al menos trece personas murieron en un nuevo ataque en una comisaría de policía de la región noroccidental china de Xinjiang, donde las tensiones entre el régimen comunista y los grupos extremistas musulmanes han aumentado en los últimos meses.
Según la agencia oficial Xinhua, que cita a las autoridades locales, los trece muertos formaban parte de un grupo de atacantes que fueron abatidos por las fuerzas de seguridad, mientras que tres policías resultaron heridos levemente en el suceso.
Las mismas fuentes aseguran que el ataque no ha provocado víctimas civiles ni heridos.
La prensa local, por su parte, señaló que un vehículo se estrelló contra la oficina de seguridad pública de la ciudad de Yecheng, situada en el sur de la provincia de Xinjiang, y que los que viajaban en él detonaron varios artefactos explosivos antes de ser abatidos por las fuerzas de seguridad.
La región autónoma de Xinjiang es uno de los puntos calientes de China tras décadas de conflicto entre los uigures y la etnia mayoritaria han.
Pekín asegura que en esta región hay grupos extremistas, muchos de ellos dirigidos por miembros de la etnia uigur, que reivindican la independencia de esa región bajo el nombre de "Turkestán Oriental".
Por su parte, los grupos uigures en el exilio acusan a Pekín de usar el terrorismo como excusa para reprimir su religión y cultura y aseguran que el reciente aumento de los enfrentamientos étnicos se debe a la "persistente" vulneración de sus derechos humanos.
Durante los últimos cinco años el número de víctimas relacionadas con enfrentamientos entre las autoridades y estos grupos o por ataques terroristas se sitúa alrededor de 400.
Uno de los peores ataques sucedió el 22 de mayo, cuando dos vehículos arrollaron a la multitud en un mercado de la ciudad de Urumqi, la capital de la región, que causó la muerte de 39 personas y casi un centenar más resultaron heridas.
Además, en los últimos meses, algunos ataques han ocurrido fuera de la región, algo inédito hasta el momento, lo que ha llevado a las autoridades chinas a desplegar una campaña antiterrorista y a aumentar la vigilancia por todo el país.
EFE
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