El teniente Eduardo Alfaro, esposo de la víctima, informó que el dosaje etílico practicado a Segundo Silva Guerra arrojó 1,38 grados de alcohol en su sangre.
Segundo Pedro Silva Guerra, quien el último sábado atropelló a la alférez de la Policía Jéssica Mercedes Flores Corrales, con ocho meses de gestación, manejaba su vehículo en estado de ebriedad, informó el teniente Eduardo Alfaro, esposo de la víctima.
El efectivo dijo que los resultados del dosaje etílico practicado a Silva Guerra en la comisaría del Rímac arroja 1,38 grados de alcohol en la sangre, cuando el máximo permitido para choferes particulares es de 0,5, casi la tercera parte.
“El 2008 tuvo una papeleta que ni pagó, y no pasó nada (…) Estaba muy ebrio, demasiado”, señaló Alfaro al diario Perú 21.
La pena que contempla el Código Penal por el delito de homicidio culposo agravado y lesiones graves es no menor de 4 años ni mayor a ocho años de prisión.
Cabe precisar que la bebé que llevaba en el vientre la alférez Flores Corrales, murió la tarde del domingo tras sufrir tres paros cardiacos.
A la agente se le practicó una cesárea para tratar de salvar a la criatura, pero falleció poco después de haber nacido. Entre tanto, la madre se debate entre la vida y la muerte.
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