Leonisa se convirtió en una explosión de colores vivos con coquetos detalles como cintas, moños y brillantes, para poder combinar esas piezas con la ropa exterior.
Siguiendo con el Colombiamoda
2010, la pasarela de Leonisa, anoche, dejó que la diversión se desbocara
en Medellín.
Y es que la conocida marca de ropa interior le dio rienda suelta al libre albedrío de sus modelos, que jugaron entre ellas, bailaron, rieron y coquetearon con prensa y público, además de incorporar toda clase de objetos que añadieron un plus de originalidad y sensualidad a cada presentación.
Una pasarela que además se completó con el desfile conmemorativo del centenario del diario El Tiempo, y en el que jóvenes diseñadores rindieron un homenaje al paso de la moda a través del siglo.
Leonisa se convirtió, durante Colombiamoda, en una explosión de colores vivos y llamativos con coquetos detalles como cintas, moños y brillantes, para poder combinar esas piezas con la ropa exterior.
Las modelos, contagiadas de la diversión juvenil de la propuesta, desfilaron entre bailes, fotografiando al público con sus móviles, jugando y divirtiéndose, en ocasiones más coquetas, otras más románticas y casi siempre con descaro, con actitudes a juego con sus piezas, para acabar el desfile cantando a coro entre la ovación de un público entregado.
EFE
Y es que la conocida marca de ropa interior le dio rienda suelta al libre albedrío de sus modelos, que jugaron entre ellas, bailaron, rieron y coquetearon con prensa y público, además de incorporar toda clase de objetos que añadieron un plus de originalidad y sensualidad a cada presentación.
Una pasarela que además se completó con el desfile conmemorativo del centenario del diario El Tiempo, y en el que jóvenes diseñadores rindieron un homenaje al paso de la moda a través del siglo.
Leonisa se convirtió, durante Colombiamoda, en una explosión de colores vivos y llamativos con coquetos detalles como cintas, moños y brillantes, para poder combinar esas piezas con la ropa exterior.
Las modelos, contagiadas de la diversión juvenil de la propuesta, desfilaron entre bailes, fotografiando al público con sus móviles, jugando y divirtiéndose, en ocasiones más coquetas, otras más románticas y casi siempre con descaro, con actitudes a juego con sus piezas, para acabar el desfile cantando a coro entre la ovación de un público entregado.
EFE
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