Esta pregunta suele ser frecuente en consulta privada, ya que muchos padres se cuestionan si es mejor tolerar un matrimonio donde ya el amor acabó, o separarse.
Se lo cuestionan porque en muchos casos ven como sus hijos se ven afectados psíquicamente, y en algunos casos físicamente, por estas guerras declaradas entre los padres dentro del hogar.
Los niños no pueden vivir en medio de una guerra en su hogar, la violencia de sus padres los afecta de sobre manera, es sumamente doloroso conversar con un niño que es víctima de padres que no se soportan pero, siguen juntos, porque? Muchas veces, según el discurso de los padres “por sus hijos”. Sin pensar que sus hijos son los más afectados con situaciones que pasan desde un intercambio de palabras entre los padres, hasta el maltrato psicológico y físico.
En algunos matrimonios si bien es cierto la violencia no se manifiesta con gritos, ni discusiones, ni golpes, sin embargo, se representa con otras formas de violencia, como pasar largos periodos sin conversar entre ellos, no saludarse, ignorarse la mayor parte del tiempo, y vivir en silencio (esto también es una forma de violencia en la pareja) y viven en desamor. El desamor de los padres daña a los hijos, no les hace bien en ningún aspecto.
Efectos de las guerras de los padres casados en los hijos:
• Problemas de aprendizaje.
• Déficit de atención.
• Problemas de conducta.
• Trastorno en el estado del ánimo, como ansiedad, angustia y depresión.
• Aislamiento social, desesperanza, apatía y decaimiento.
• Consumo de alcohol y drogas.
• Desórdenes alimenticios.
Asimismo, habrá que tener en cuenta que uno como padre debe ser el responsable de velar por la salud y el bienestar de sus hijos, no se puede pretender vivir juntos y en medio de una guerra armada en casa “por los hijos” ya que repito, ellos son los más afectados cuando los padres discuten y pelean a diario o inter diario.
Finalmente, vale aclarar que un matrimonio se sostiene unido en base al amor y muchos ingredientes más, como lo son el respeto, la confianza, el apoyo mutuo, y la ternura. Sin embargo, cuando el amor acaba en una pareja habrá que pensar seriamente y con calma que decisiones se toman, primero por el bienestar del matrimonio, y segundo para proteger la salud de sus hijos. Los matrimonios tienen rosas y espinas, pero, para que haya armonía y niños creciendo saludablemente, deberá tener más rosas que espinas.
Aporte brindado por: Dra. Maribel Briceño- Psicóloga Clínica - Psicoterapeuta -Máster en Asesoramiento Familiar.
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Nuestra invitada: Dra. Maribel Briceño
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Producción: Claudia Alarco La Cruz
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