En Buenos Aires se recuerda el incendio que acabó con la vida de 194 personas en este centro nocturno, convertido en trampa mortal por no cumplir las condiciones de seguridad.
Argentina recuerda el incendio que acabó con la vida de 194 personas en la discoteca Cromagnon de Buenos Aires, convertida en trampa mortal por no cumplir las condiciones de seguridad, con el reclamo de justicia persistente entre familias y supervivientes.
La tragedia se produjo el 30 de diciembre de 2004 en el popular barrio de Once, donde unas 6.000 personas se concentraban en el local República de Cromagnon, de capacidad máxima para 4.000 personas, para ver el concierto que ofrecía la banda de rock Callejeros.
Cerca de la medianoche, una bengala prendió fuego a las telas que decoraban la discoteca y provocó el caos entre los asistentes, que al tratar de escapar del humo y las llamas encontraron las puertas de emergencia bloqueadas.
"Esa noche estaba muy contento, era fin de año, nos íbamos a divertir. Yo estaba muy lejos de la puerta. Con el incendio voy hacia atrás, me trato de dirigir hacia la entrada principal, me caigo y se me cae gente encima, ahí pierdo el conocimiento (...). No sé quién me saca, a día de hoy que no lo sé y no lo voy a saber", dijo Belkyss Contino, de 22 años, superviviente del incendio.
En total hubo unos 700 heridos y 194 muertos, en su mayoría jóvenes y algunos incluso niños, a consecuencia de aplastamientos y de la asfixia por el humo.
Diez años después, las familias y supervivientes de la "tragedia de Cromagnon", una de las peores sufridas por Argentina en su historia reciente, continúan reclamando justicia.
"Hay impunidad. Todavía falta que se haga justicia", apuntó a Efe Rosa María David, madre de Mariano y Verónica, que fallecieron aquel 30 de diciembre de 2004 a los 31 y 25 años, respectivamente.
Las víctimas coinciden en señalar como principal culpable al administrador de la discoteca, Omar Chabán, fallecido el pasado noviembre de cáncer, aunque consideran que los cargos que se aplicaron en la mayoría de los casos fueron poco severos.
EFE
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