Yuri Cutipé indicó que los violadores de menores “son personas que están conectados con la realidad”.
El director de Salud Mental del Ministerio de Salud (Minsa), Yuri Cutipé, señaló que los agresores son personas conscientes de sus actos y que no padecen de alguna enfermedad mental, sino que tienen personalidades psicópáticas.
“Son personas que están completamente conectadas con la realidad. Son responsables de sus actos, se pueden dar cuenta del daño que pueden hacer. Pueden llevar su vida centrada en ellos mismos y quieren satisfacer sus propias necesidad a cualquier costo”, dijo a RPP Noticias.
Cutipé agregó que los agresores sexuales logran mimetizarse en la sociedad y puede ser aquella persona callada que te saluda gentilmente. “La sociedad y el Estado no es capaz de decir que tenemos que proteger a los violentados y eso hace que las personas aún no se sientan seguras”.
Señales de alerta
Los casos de agresión sexual a nivel nacional son bastante altos. Según cifras del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), uno de cada 10 presos en el Perú está en la cárcel por este delito. Para el especialista es importante identificar las señales de alerta que muestran las víctimas que en muchos casos optan por quedarse callados.
"Los niños empiezan a tener conductas regresivas. No quieren dormir solos, temen de la oscuridad, no quieren estar solos así sea de día o empiezan a perder el control de la orina. Estos son indicadores de que algo no está yendo bien", comentó Cutipé.
En el 2017, el Ministerio de Salud (Minsa) atendió más de 4 mil casos de violación sexual de menores de edad. El 60% de ellos, fueron a niños menores de los 11 años. Entre enero y septiembre, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) registró 4 mil 71 casos de abuso a niñas y adolescentes. Del total de agresiones sexuales a menores, que incluye a varones, al menos 356 casos corresponden a víctimas que no pasaban de cinco años.
Soluciones urgentes
El Minsa señala que del total de casos de violación sexual a menores registrados en el 2017, cerca del 30% las víctimas fueron niños varones menores de 11 años. El psicólogo Jorge Garibotto afirma que sancionar a estos agresores con privarlos de la libertad y meterlos en prisión, no es la solución para erradicar este problema.
“Es muy trabajoso reeducarlos porque en su mayoría suelen ser reincidentes. No existe un delincuente sexual que por más arrepentimiento que muestre no vuelva a caer”, explicó. Para Garibotto, el reciente caso de la menor asesinada en San Juan de Lurigancho enseña que el Estado tiene que invertir en salud mental.
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