"El alcohol también causa estragos y tiene un alcance masivo, ya que lo consume el 90 por ciento de los adolescentes", según informe nalizado por los obispos de Argentina.
Unas tres millones de personas usan algún tipo de droga en Argentina y en muchos casos el consumo comienza a los 8 años, asegura un informe analizado por los obispos del país y que publica hoy el diario bonaerense La Nación.
"Hace una década Argentina era un país de tránsito y las drogas eran consumidas por el 1 por ciento de la población", dijo Marcela Ovejero, secretaria de la Pastoral Nacional sobre Drogadependencia del Episcopado, al precisar que actualmente casi el 10 por ciento toma alguna sustancia.
Reunidos durante una semana y hasta este sábado en la localidad bonaerense de Pilar, 60 kilómetros al norte de Buenos Aires, la Conferencia Episcopal Argentina analizó un informe elaborado por la Pastoral que reveló que el 60 por ciento de los delitos violentos es cometido por jóvenes bajo la influencia de la droga.
Otro dato alarmante arrojado por el estudio es que el 15 por ciento de los adolescentes consume marihuana cuando cursa los últimos años del colegio secundario, porcentaje que se duplica entre los jóvenes del populoso cordón urbano que rodea a la capital del país.
"El alcohol también causa estragos y tiene un alcance masivo, ya que lo consume el 90 por ciento de los adolescentes", advirtió Ovejero.
El escenario se agrava con los efectos devastadores del "paco", una droga barata elaborada con residuos de pasta de cocaína que prolifera entre las clases sociales más bajas.
"Es la droga más barata y más adictiva. Antes la encontrábamos en las afueras de Buenos Aires o de la ciudad de Rosario y en algunos barrios de la capital del país, pero ahora se ha extendido su uso a algunas zonas del interior", precisó Ovejero.
En ese sentido, aseguró que la Iglesia católica se ha fijado el desafío de promover una fuerte capacitación de agentes pastorales para asistir y acompañar a las personas afectadas por las adicciones.
También promueve un plan de prevención en las escuelas, con contenidos transversales y aportes de distintas disciplinas.
"Hay que formar a los chicos en hábitos, actitudes, valores, diálogo, para que puedan tener un pensamiento crítico, tomar decisiones y hacer frente a las presiones del grupo. Muchas veces, sin necesidad de pronunciar la palabra "paco" o cocaína se puede prevenir", añadió. EFE
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