Aunque la paralización se prolongue y los republicanos argumenten que buscaban imponer al Gobierno una reducción de gastos, los empleados que no trabajen cobrarán igual sus sueldos.
La Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó la mañana del sábado el pago de sueldos a unos 800.000 empleados públicos afectados por la paralización de la Administración federal iniciada el 1 de octubre, y que sigue sin resolución.
En el quinto día de parálisis parcial, y en una muestra rara de bipartidismo, 407 miembros de la Cámara, donde los republicanos son mayoría, aprobaron la medida y ninguno votó en contra.
El Senado, donde los demócratas ejercen la mayoría, votará más tarde sobre la medida que, si es respaldada, debería luego ser promulgada por el presidente Barack Obama.
De esta forma, aunque la paralización se prolongue y los republicanos argumenten que buscaban imponer al Gobierno una reducción de gastos, los empleados que no trabajen tienen garantizado que cobrarán igual sus sueldos.
La paralización desde el 1 de octubre resultó de la negativa de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes a aprobar fondos para el funcionamiento de la burocracia federal a menos que se prive de recursos la aplicación de la reforma sanitaria promulgada por el presidente Barack Obama en 2010, la cual ha entrado en su fase decisiva.
En su mensaje sabatino,Obama instó a los republicanos a que "pongan fin a esta farsa y terminen la paralización" del Gobierno, votando una asignación de fondos sin otras condiciones.
"El Senado ya lo ha hecho y hay en la Cámara de Representantes suficientes votos republicanos para hacer lo mismo", añadió Obama.
Obama y los demócratas reprochan al presidente de la Cámara, el republicano John Boehner, que no quiera someter a voto la propuesta del Senado, aunque exista supuestamente una mayoría a favor, para no suscitar la cólera de la facción más extremista del Partido Republicano.
Los congresistas republicanos apoyados por el Tea Party, un movimiento ciudadano contrario a la subida de impuestos, al Gobierno excesivo y a la intromisión de las autoridades en los derechos individuales, han aprovechado el trámite presupuestario para intentar torpedear la ley sanitaria de Obama.
Consideran, entre otras cosas, que esta ley viola los derechos ciudadanos, al obligar a todos los estadounidenses a contratar un seguro médico privado.
El Congreso de EE.UU. no ha aprobado un presupuesto completo desde que Obama llegó a la Casa Blanca en 2009, y el Gobierno Federal ha seguido funcionando con leyes de asignación parciales, un mecanismo que se ha aplicado más de un centenar de veces desde la última parálisis del Gobierno, en 1996.
Pero en esta ocasión, la facción republicana más radical no parece dispuesta a aprobar un presupuesto temporal, ni tampoco a incrementar el límite de endeudamiento público -que se alcanzará en unos diez días-, a menos que la Casa Blanca y los demócratas accedan a modificar, suspender o retrasar elementos esenciales de la Affordable Care Act, la ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio.
EFE
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