El creador del conocido antivirus rechazó la acusación y aseguró que hay un complot en su contra.
El millonario creador del antivirus McAfee, John McAfee, se convirtió en un fugitivo de la justicia de Belice que le busca por el asesinato de su vecino, una acusación de la que se defendió en una entrevista concedida a la revista Wired en la que aseguró temer por su vida.
La historia de McAfee aparecerá en el número de enero de Wired, aunque esta semana se publicó un extracto en internet, y en ella se verá al estadounidense de 67 años posando en un sendero, sin camiseta, con una escopeta y sonriendo, mientras esconde su mirada tras unas gafas de sol.
"Bajo ninguna circunstancia voy a hablar con la policía de este país voluntariamente", comentó McAfee, quien se mostró convencido de que hay un complot en su contra.
"Puedes decir que soy un paranoico pero ellos me quieren matar, no hay dudas. Han estado tratando de atraparme durante meses, quieren silenciarme. No soy del agrado del primer ministro, soy una espina clavada para todos", confesó ese aficionado al yoga y las armas.
McAfee hizo una fortuna tras fundar en California a finales de la década de 1980 la compañía informática de sistemas antivirus que lleva su apellido.
En 2008 decidió retirarse y se estableció en Ambergris Caye, una isla situada frente a las costas de Belice y perteneciente a ese Estado centroamericano que ahora le quiere interrogar para determinar su implicación en el asesinato, el pasado fin de semana, de su vecino, el estadounidense Gregory Faull, de 52 años, de un disparo en la cabeza.
El exejecutivo negó haber tenido algo que ver con el crimen, aunque reconoció haberse enterado de lo ocurrido.
"Creo que quizá venían a por mí. Creyeron que él era yo. Se equivocaron de casa. Él está muerto, lo mataron. Esto me espantó", declaró McAfee quien insiste en la idea de una conspiración para conseguir que desaparezca o se vaya del país.
Según su relato, tras saber del homicidio, se puso en alerta y cuando supo que la policía se dirigía a su casa, se escondió.
EFE
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