El presidente estadounidense Barack Obama siempre ha mantenido como prioridad luchar contra los gastos innecesarios. Y en este cuartel en el desierto afgano se gastó 34 millones de dólares.
El Pentágono está pensando desmantelar un flamante cuartel en medio del desierto afgano que nunca se ha usado para lo que se pensó y que costó 34 millones de dólares, pese a que el Gobierno de EE.UU. aseguró hoy que lucha contra ese tipo de gastos innecesarios.
Las instalaciones de Camp Leatherneck, que ocupan unos 64.000 metros cuadrados y se construyeron desde finales de 2011 hasta comienzos de este año, cuentan con lo último en aparatos de aire acondicionado, oficinas y un moderno mobiliario que nunca fue usado por las tropas y que los comandantes en zonas de combate en Afganistán nunca solicitaron, según un artículo publicado el miércoles por el diario The Washington Post.
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, no quiso referirse en concreto a este proyecto criticado como un ejemplo de desmanes del Pentágono y aseguró que el presidente, Barack Obama, "siempre ha mantenido como prioridad luchar contra los gastos innecesarios".
Incluso este año, uno antes de que se ejecute la retirada de las tropas de combate estadounidenses y finalice la misión de la OTAN en Afganistán, han llegado butacas para una sala de cine, señaló el Post.
Finalmente esta primavera, generales estadounidenses en Kabul decidieron dar el alto a nuevos gastos.
Situado en la sureña provincia de Helmand, el Pentágono y la administración decidieron habilitar los fondos para levantarlo en 2009, cuando se decidió incrementar la ofensiva contra los talibanes en el suroeste del país.
No obstante, el proyecto, que fue denunciado por innecesario por oficiales de marines desde 2010, comenzó a ejecutarse justo cuando la Casa Blanca tomó la decisión de reducir el contingente de tropas en Afganistán.
Cuando en noviembre de 2011 comenzaron las obras, Obama ya había anunciado una reducción de la ofensiva en la zona.
La presencia de marines en el suroeste afgano pasó de 20.000 a 7.000 en 2012, mientras que ninguno de los mandos sobre el terreno consideró necesario hacer uso de las nuevas instalaciones.
El interventor general para la reconstrucción de Afganistán, John Sopko, envió el lunes una carta al secretario de Defensa de EE.UU., Chuck Hage, en la que describe que la base dispone de "los mejores edificios que jamás he visto construidos en Afganistán".
"Desafortunadamente están sin usar, sin ocupar y presumiblemente nunca serán usados para su propósito inicial", lamentó Sopko.
La operación internacional en Afganistán, que finalizará en 2014 con el fin de la misión de la OTAN, ha dejado otros ejemplos de gasto innecesario como un consulado de 80 millones de dólares que fue desechado nada más finalizadas las obras, el año pasado, por temores sobre su seguridad.
EFE
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