Nuestros hijos ya están creciendo; van dejando su etapa de niñez y van entrando a la pubertad; y con ello van despertando a la sexualidad.
Empiezan a ilusionarse, a gustarle un amigo, una amiga; comienzan a querer pasar más tiempo con los amigos que con la familia. Para nosotros como padres esto es difícil; aceptar que nuestros hijos ya están creciendo, que ya no son nuestros bebes, que empiezan a tener ideas, pensamientos, sentimientos propios. El primer novio o novia aparece y para ello no hay una edad definida.
. ¿Cómo me doy cuenta que mi hijo está enamorado?
Nos damos cuenta que nuestros hijos están idos, les hablamos y no nos prestan atención; tenemos que repetirles una y otra vez lo mismo para que puedan hacer lo que le decimos, todo les parece lindo y maravilloso; suspiran más de la cuenta; en el caso de las chicas se muestran más sensibles, pierden el apetito y ambos empiezan a preocuparse más por su aspecto personal. El espejo se vuelve un aliado, casi un confidente.
Idealizan mucho a la persona de quien se han enamorado y es casi perfecta para ellos. Su vida se centra en esta persona y empiezan a descuidar otros aspectos de su vida.
. ¿Qué hacer?
Tratar el tema con total naturalidad y de manera fluida. Se recomienda esperar a que nuestros hijos nos cuenten lo que están viviendo para no invadir su espacio, su privacidad. Para ello es importante haber construido un canal de comunicación adecuado con nuestros hijos y esta confianza se construye desde chicos. No podemos pretender que nuestros hijos nos cuenten algo si nunca le hemos dado la confianza para ello.
Es importante poner límites claros; nosotros como padres debemos ser guías. Por ello es necesario hablarles de lo que el primer amor implica y la responsabilidad que ello conlleva. Es inevitable aquí no dejar de hablar de sexo con nuestros adolescentes; si tienen una adecuada información podrán tener mejores herramientas para poder afrontar la vida.
Al igual que los amigos, nosotros como padres también debemos conocer al novio(a) de nuestros hijos. Nos guste o no, esta persona pasa a ser la “razón de su vida” y por lo tanto, va a ejercer influencia sobre nuestros hijos. Por lo tanto, es recomendable conocerlo y saber bien de quién se trata.
Dra. Liliana Tuñoque
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