Durante el primer mandato del presidente norteamericano se han deportado 1.5 millones de personas.
Cientos de personas desafiaron hoy el intenso frío de Chicago y salieron a la calle para exigir a Barack Obama en el día de su segunda investidura como presidente, que decrete de inmediato una moratoria en las deportaciones y "ponga fin a la destrucción de familias" indocumentadas.
Entre los carteles se leía "Moratoria ahora", "Obama entiende, no somos delincuentes" y "No más redadas, somos trabajadores", entre otros muchos mensajes.
La ruidosa marcha recorrió varias cuadras por el centro de la ciudad, desde la Plaza Daley frente al edificio de la Alcaldía de Chicago, hasta la Plaza Federal, donde se encuentran las cortes y edificios con oficinas federales.
Durante su discurso de investidura de hoy, Obama dijo que el viaje que iniciaron los fundadores de este país no concluirá "hasta que encontremos mejor forma de dar la bienvenida a los que luchan, a los inmigrantes que aún ven EE.UU. como una tierra de oportunidades".
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