Enrique Solano: científico peruano amigo de los Premio Nobel de Física

Científico peruano Enrique Solano estará en directo desde España, este sábado 13 de octubre dialogando con ENLINEAPUNTOCOM, sobre la importancia de las investigaciones de los recientemente galardonados premio Nobel de física Serge Haroche y David Wineland, y la relación amical y académica que tiene con ambos. Así mismo, compartimos un artículo suyo, enviado para nuestro programa a del Dr. Modesto Montoya.

El premio Nobel de Física ha reconocido la contribución científica de dos grandes experimentalistas de la física cuántica: Serge Haroche de la École Normale Supérieure (ENS), París, Francia, y David Wineland del National Institute of Standards and Technology (NIST), Boulder, Colorado, EEUU.

A lo largo de su carrera científica, Serge Haroche ha desarrollado un trabajo pionero en el control y manipulación de átomos y fotones de microondas en cavidades. Éstas están formadas por espejos de Niobio que se convierten en material superconductor a temperaturas muy bajas, permitiendo a los fotones la posibilidad de manifestar propiedades inusuales para la radiación electromagnética común. Entre los resultados más sorprendentes logrados por Haroche, destacados por la Real Academia Sueca de Ciencias, se encuentra la demostración de que el número de fotones puede quedar indefinido, existiendo en la cavidad algo tan sorprendente como cero y un fotón al mismo tiempo. Estas extrañas propiedades suceden debido al fracaso de las leyes de la mecánica y del electromagnetismo en el mundo microscópico. Haroche, además, ha logrado crear, aislar y medir la dinámica de estados cuánticos de microondas con muchos fotones que, poco a poco, van perdiendo sus características cuánticas para convertirse en haces de radiación comunes al contacto con el mundo exterior.

Recuerdo vivamente las primeras conversaciones con Serge hace unos 15 años en Río de Janeiro, Brasil. Yo estaba comenzando con entusiasmo en el mundo de la física cuántica e intentaba convencerlo de implementar en su laboratorio algunas de mis ideas teóricas. Me detuvo rápidamente y me respondió algo que pocas veces he oído en físicos experimentales de alto nivel: “Enrique, no me digas cómo debo hacer los experimentos que propones, te puedes ahorrar esa parte, cuéntame tus mejores ideas, las más creativas. Si me gustan, te aseguro que econtraré la manera de implementarlas de forma creativa, esa parte es mi trabajo”, y así me lo demostró poco tiempo después.

David Wineland, o simplemente Dave como lo conocemos en la comunidad científica de iones atrapados, es un científico brillante y afable, alejado de las veleidades de las élites del mundo de la investigación. Sus contribuciones más importantes se han dado alrededor de la posibilidad de atrapar, enfriar y manipular un átomo cargado, un ion, en una trampa diseñada en alto vacío con electrodos y campos electromagnéticos. Al hacerlo, uno o más iones se mueven con comportamientos propios de mundo cuántico, permitiendo, por ejemplo, que el mismo ion ocupe dos o más lugares del espacio al mismo tiempo. A pesar de que las tecnologías son muy diferentes, Wineland ha logrado reproducir de forma análoga las propiedades microscópicas de la cavidad superconductora de Haroche, en una suerte de teatro cuántico donde los iones simulan comportamientos ajenos. Entre los resultados más sorprendentes, mencionados por la Real Academia Sueca de Ciencias, está la posibilidad de realizar puertas lógicas entre dos iones. Estas operaciones cuánticas están en la base de las ideas más avanzadas de la computación cuántica y la simulación cuántica, tecnologías cuánticas que prometen revolucionar el mundo de las comunicaciones en un futuro cercano.

Hace un par de semanas, conversando con Dave en un congreso en Innsbruck, Austria, recordaba mis inicios en este apasionate tema de los iones atrapados y mis propuestas para realizar los primeros experimentos en la teleportación cuántica en estos sistemas cuánticos. Dave insistía en la relevancia de crear estados de movimiento de gran tamaño con sus iones atrapados. Siempre cuidadoso con las ideas más osadas, argumentaba que la transición entre el mundo cotidiano y el mundo microscópico tenía que estudiarse, de uno u otro modo, para conciliar aparentes contradicciones entre la física de lo cotidiano y el mundo atómico.

Tanto Serge Haroche como David Wineland han hecho innumerables contribuciones importantes a la comprensión y verificación experimental del universo cuántico, el mundo de los microscópicos. Ellos, con el apoyo de una comunidad científica pujante alrededor de la física cuántica y sus posibles aplicaciones, han sentado las bases para las tecnologías de relojes atómicos de alta precisión y las futuras tecnologías de la computación cuántica.
 Prof. Enrique Solano
Universidad del País Vasco e Ikerbasque, Bilbao, España
http://sites.google.com/site/enriquesolanogroup/

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