Desde el 19 de octubre hasta este 16 de noviembre, los siniestros han causado destrucción y cobrado vidas humanas en Lima.
Lima ha sido remecida por tres incendios de gran magnitud en menos de un mes. Al menos 7 personas perdieron la vida en dos de los tres infaustos eventos. También hubo millonarias pérdidas en comercios y toda una población completa de la comunidad Shipibo-Konibo desplazada porque las llamas arrasaron con sus precarias viviendas. Con el último siniestro de las salas de cine de Larcomar, parece haberse sellado un mes terrible que hace repensar en la seguridad de las casas y los negocios en Lima.
El Agustino. El miércoles 19 de octubre por la noche, una fábrica de zapatos y un almacén del Ministerio de Salud en El Agustino fueron carbonizados por las llamas que se avivavan conforme pasaban las horas, gracias a la gran cantidad de artículos inflamables que había en el interior. Las más de 15 unidades de bomberos que acudieron al lugar tardaron más de un día entero para poder sofocar las llamas.
En este episodio murieron los bomberos Eduardo Jiménez Soriano, Alonso Salas Chanduví y Raúl Lee Sánchez. Ellos ingresaron a uno de los ambientes a luchar contra el fuego y a intentar salvar a personas que estaban atrapadas. Lo consiguieron. Las salvaron, pero a costa de sus vidas.
Cantagallo. Aún no terminábamos de recuperarnos del impacto del hecho anterior cuando otro gran incendio arrasó con las pequeñas y precarias viviendas de miembros de la comunidad Shipibo-Konibo asentadas en la zona de Cantagallo, en el Rímac. La madrugada del viernes 4 de noviembre las lenguas de fuego alcanzaban alturas sorprendentes. Se veían desde diferentes distitos. El cielo resplandecía de un anaranjado intenso que intimidaba. En el lugar había unas 200 familias y 2000 personas que vieron cómo la tragedia los dejaba desprotegidos y desamparados.
Los bomberos trabajaron por más de 23 horas, junto a los vecinos del Rímac, para aplacar las llamas pese a los problemas graves para conseguir agua en la zona. Nadie murió, apenas algunos heridos, pero sí millonarias pérdidas y familias desamparadas junto a algunos comercios.
Miraflores. Las donaciones apenas habían terminado de llegar a Cantagallo cuando la mañana de este 16 de noviembre el tercer incendio acentuó un mes trágico, esta vez en Larcomar, Miraflores. Al menos cuatro personas fallecidas, bomberos heridos y algunos otros afectados dejó un incendio que convirtió en cenizas las salas del multicines UVK, el Teatro La Plaza ISIL y tiendas aledañas. El principal problema, los difíciles accesos para la labor de los bomberos.
Los hechos advierten sobre la preparación que existe en el país para responder a las emergencias. Las autoridades continúan investigando mientras que los planes de seguridad en diferentes puntos de la ciudad de Lima vuelven a ser revisados.
Comparte esta noticia