Los disidentes temen que la normalización de las relaciones entre EEUU y Cuba suponga el final a medio plazo de los beneficios migratorios que reciben.
La normalización de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba supondrá el final a medio plazo de los beneficios migratorios que reciben los inmigrantes cubanos, según vaticinaron hoy a Efe personajes destacados del exilio y analistas políticos.
Tras medio siglo de relaciones diplomáticas rotas, EE.UU. y Cuba inauguraron hoy una nueva era con la reapertura de sus respectivas embajadas en Washington y La Habana.
En Miami apenas se produjeron hoy protestas por el izado de la bandera cubana en Washington, salvo algunos integrantes de la organización Vigilia Mambisa que se concentraron en el café Versailles para arremeter nuevamente contra la normalización de relaciones diplomáticas entre ambos países.
En este nuevo escenario, el aspecto que más preocupa ahora al exilio es la posibilidad de reformas legales que acaben con los beneficios migratorios de los cubanos que lleguen a Estados Unidos.
El presidente del Movimiento Democracia, Ramón Saúl Sánchez, dijo hoy a Efe que aunque a corto plazo no habrá cambios en la ley de Ajuste Cubano, sí ve probable que a medio plazo haya reformas y se aborde la situación de los cubanos "en una ley más amplia de reforma migratoria en Estados Unidos".
Otro miembro destacado del exilio, el escritor y periodista Carlos Alberto Montaner, considera "predecible que el Congreso derogará la llamada Ley de Ajuste", una ley "fundamentada en la negativa del Gobierno cubano de aceptar a los cubanos que emigraban ilegalmente a Estados Unidos".
Esta ley de Ajuste, conocida popularmente como ley de "pies secos/pies mojados", permite que los cubanos que tocan territorio firme en Estados Unidos pueden quedarse en el país, mientras que aquellos que son interceptados en el mar son deportados de inmediato a la isla.
A juicio de Montaner, es muy probable que "las deportaciones de cubanos que han cometido delitos en suelo norteamericano comiencen, si Cuba lo autoriza, en enero de 2016".
En el mismo sentido, el analista político Eugenio Yáñez subrayó también que aunque la apertura de embajadas no entraña a corto plazo la pérdida de beneficios migratorios de los cubanos, esta situación anormal "tendrá que desaparecer".
"Inmediatamente, no va a suceder nada; el Gobierno de EE.UU. ha sido enfático en que no modificará la ley de ajuste cubano", pero esa norma tendrá que desaparecer "a medida que se normalicen las relaciones" entre ambos países, señaló Yáñez.
El analista apuntó que "será un proceso lento, de normalización, que ahora comienza y en el que se discutirán las reclamaciones de ambas partes. Son muchas más las cosas pendientes de resolver antes de entrar en una posible eliminación" de la citada ley.
Aunque el Gobierno Obama ha afirmado que no cambiará la política migratoria hacia Cuba, el número de inmigrantes cubanos que ha llegado a territorio estadounidense o intentado arribar a sus costas se ha multiplicado un 120 % en relación con 2014, según las cifras no oficiales que manejan organizaciones del exilio.
EFE
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