El gobierno de Salvador Sánchez alista todo para que las Fuerzas Armadas detengan la ola de violencia causada por pandilleros en el país centroamericano.
El Gobierno de El Salvador advirtió hoy de que está listo para desplegar al Ejército y enfrentar el "boicot" al transporte público, paralizado por amenazas de la pandilla Barrio 18, a la que responsabiliza de la muerte de 6 chóferes en las últimas horas.
El Ejecutivo aseveró este martes que el "boicot" fue ordenado por dos cabecillas encarcelados de la Barrio 18, quienes hoy mismo fueron trasladados del penal de Quezaltepeque (noreste) al centro de mayor seguridad del país, en Zacatecoluca (sureste).
Los pandilleros fueron identificados como Carlos Eduardo Burgos Nuila y José Carlos Hernández Mauricio, declaró el secretario de Comunicaciones de El Salvador, Eugenio Chicas.
Añadió que un grupo de reos del penal de San Francisco Gotera (nordeste) será trasladado a la cárcel de Izalco (oeste), sin brindar mayores detalles.
Chicas dijo que de continuar el "sabotaje" al transporte público el presidente del país, Salvador Sánchez Cerén, "adoptaría la decisión de movilizar a toda la fuerza armada".
El presidente Sánchez Cerén pidió a los principales partidos políticos del país el respaldo para desplegar en el Gran San Salvador a la Fuerza Armada.
En una de las múltiples comparecencia ante los medios este martes, el portavoz del Gobierno sostuvo que el Ejecutivo "no cederá" ante las presiones de las pandillas para forzar "algún tipo de pacto" con ellos.
A través de una carta difundida semanas atrás y atribuida a líderes encarcelados de las pandillas, estos plantearon a las autoridades una especie de pacto para reducir la violencia, que se ha disparo en los últimos meses, pero el Gobierno rechazó cualquier iniciativa en ese sentido.
EFE
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