Los manifestantes marcharon por las principales calles del casco histórico guatemalteco exigieron la dimisión de Otto Pérez Molina, sobre quien pesan acusaciones de corrupción.
Unos 5.000 guatemaltecos salieron el sábado a las calles imitando a los indignados de Honduras y bajo la luz de las antorchas exigieron la dimisión del presidente, Otto Pérez Molina, sobre quien pesan acusaciones de corrupción.
Los millares de guatemaltecos indignados, que desde el pasado mes de abril salen a la calle cada semana solicitando un cambio integral en el sistema, volvieron el sábado a repetir su hazaña.
La marcha, que salió de la Corte Suprema de Justicia, recorrió las principales calles del casco histórico guatemalteco hasta desembocar en el mítico e histórico Palacio Nacional de la Cultura, una de las dependencias del Gobierno que se ha convertido en el punto de encuentro de los indignados desde las primeras protestas.
Similar a la marcha de las antorchas de Honduras, donde también se desarticuló un caso de corrupción en el Seguro Social de ese país, los guatemaltecos han dado un giro estético y de forma a sus peticiones, aunque el fondo sigue siendo el mismo: la renuncia de Pérez Molina, al que acusan de ladrón y corrupto.
Bajo consignas de "Otto, ladrón, te vas a ir a pavón"; "Esto apenas empieza, seguimos con firmeza"; "Guatemala manda" o "Gobierno Ladrón aquí está el patrón", la ciudadanía llegó al Palacio Nacional a unirse con otros millares de personas que allí les esperaban.
Estudiantes, adultos, jubilados, ancianos y niños de diferentes clases y estratos sociales volvieron a demostrar que las diferencias no importan y abogaron por la unidad del pueblo cantando y coreando: "Si nos organizamos podemos todo".
EFE
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