Jorge Luis Mendoza, con casi tres décadas en el oficio llega a Mistura con la meta de convertirse en el mejor emolientero del Perú y Mistura será su gran termómetro.
Jorge Luis Mendoza Sangay lleva 26 años como emolientero, pero recién este año la ola gastronómica que reivindica a los maestros de las carretillas y la comida al paso le presentará sus honores llevándolo a la feria más importante de Latinoamérica, Mistura.
“Vino un joven y me pidió una quinua. Le pregunté si le había gustado y me respondió que estaba bien y luego me pidió un emoliente. Antes de irse me dijo que era parte del equipo de Apega y a los dos días me preguntaron si quería ir a Mistura 2012”, cuenta y se sincera al decir que la convocatoria le dio miedo al inicio, pero que decidió aceptar el reto.
Es así que este año participará por vez primera en la feria y miles de peruanos tendrán la oportunidad de probar sus emolientes de sábila o muña o sus concentrados para empezar el día con energía y limpiar el estómago como Dios manda.
Primo de otro popular emolientero de Surco que también ha sido convocado a Mistura, Jorge heredó las fórmulas y recetas de sus padres. Por eso él asume el oficio como una profesión y se encarga de investigar novedosos ingredientes con los que no sólo sorprende a su feligresía de vasos humeantes, sino que procura elegir las que tengan más propiedades curativas.
“Todos mis hermanos son profesionales universitarios. Yo soy el único que no postuló porque elegí continuar la tradición familiar”, suelta con orgullo sobre su rutina que empieza a las 4 de la mañana cuando se entrega a la azarosa tarea de tostar la cebada para sus emolientes y concentrados que vende desde las 6 de la mañana en el mercado San Roque de Surco.
Con casi tres décadas en el oficio, este maestro de las mezclas llega a Mistura con la meta muy alta: convertirse en el mejor emolientero del Perú y Mistura será su primer gran termómetro.
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