La cinta de la grabación de Assem está siendo analizada y ha sido presentada por los Hermanos Musulmanes como documento que corrobora la masacre ocurrida en las calles de El Cairo.
Un fotógrafo egipcio grabó su propia muerte. Ahmed Samir Assem era una de las personas que acampaba frente al edificio de la Guardia Republicana en El Cairo y una de las al menos 53 que murieron bajo el fuego del ejército egipcio el pasado 30 de junio.
El gráfico, de 26 años, grababa a un soldado disparar repetidas veces cuando este repentinamente gira su rifle y apunta directamente a la lente de la cámara. La grabación termina al tiempo que la vida del fotógrafo, que trabajaba en el periódico local Al-Horia Wa Al-Adala.
La noticia de su fallecimiento se conoció cuando encontraron su cámara ensangrentada y su teléfono móvil. "Alrededor de las 6:00 de la mañana, un hombre entró en la redacción con un cámara cubierta de sangre y dijo que habían herido a uno de nuestros colegas", relató Ahmed Abu Zeid, editor de cultura del medio en el que trabajaba Assem.
"Una hora después recibí la noticia de que Ahmed había sido alcanzado por un francotirador en la frente mientras grababa a los soldados disparando desde lo alto de los edificios", añadió su compañero.
La cámara de Assem fue la única que grabó el suceso desde el primer momento. "Su cámara quedará como prueba de la violación de derechos que se cometieron aquel día", aseguró Abu Zeid.
La cinta de la grabación de Assem está siendo analizada y ha sido presentada por los Hermanos Musulmanes como documento que corrobora la masacre ocurrida en las calles de El Cairo.
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