Un grupo de damnificados por el incendio de este viernes pasó la noche al aire libre y bajo la amenaza de perder lo poco que les dejó el fuego.
Al día siguiente del incendio que destruyó más de 300 viviendas en Cantagallo (Rímac), el panorama es desolador. Si bien algunos de los damnificados lograron dormir en carpas instaladas en la zona, otros denunciaron en RPP Noticias que hasta ahora no reciben la ayuda que les ofrecieron y que tuvieron que dormir al aire libre y ante la amenaza de la inseguridad.
“Hemos pasado la noche con mucho frío, tendidos en el suelo con un cartón y un plástico”, contó entre los escombros Juliana Coronel, una vecina cuya familia de nueve miembros perdió su su vivienda y sus instrumentos de trabajo en el fuego. Parecida fue la noche de Benito Romaña, un vecino que por la mañana se dedicó a cerrar el flujo de agua que salía de las tuberías rotas en el segundo nivel del mercado de Cantagallo. “No tenemos carpas ni frazadas, pero allí estamos”, dijo dibujando una sonrisa optimista que ocultó por unos segundos la magnitud del desastre. El Ejército y la Municipalidad del Rímac lo apoyaron en esta labor.
La ayuda que no llega. Según los vecinos de este sector de Cantagallo, donde se inicio el fuego, el problema es que la ayuda que llega se concentra en la comunidad shipiba, en la zona alta, y no alcanza al resto de los afectados. “Anoche no teníamos para comer, estábamos cansados y toda la ayuda se quedó en la zona de los shipibos. ¿Y nosotros qué, no somos gente?”, explicó Tania, una vecina que perdió su hogar y que tampoco recibió una carpa para pasar la noche ni atención médica para ella o su hijo.
“Necesito que me apoyen. He perdido mis herramientas de trabajo y le debo al banco. El fuego se inició aquí y no pude rescatarlas”, dijo Flora, otra damnificada, quien explicó que lo que les impide dejar la zona y ser reubicados en la delincuencia. “Lo que pasa es que tenemos que cuidar nuestras cosas. El día del incendio hubo saqueos. Salvamos lo que pudimos y nos robaron casi todo. Ahora están entrando ‘cachineros’ para llevarse las cosas diciendo que son suyas”, le contó a la Edición Mañana de RPP.
De acuerdo con Flora, el incendio se inició cuando un niño tuvo que prender una vela para estudiar, ya que los dirigentes habían cortado la luz luego de que unos vecinos no pagaran por el servicio. El fuego comenzó en el segundo nivel del mercado de Cantagallo cerca de la 01:00 a.m. y se expandió rápidamente hacia la tercera zona y hacia la comunidad shipiba de Cantagallo. Según los bomberos, más de 300 viviendas fueron destruidas y según la Defensoría del Pueblo más de 2,000 personas fueron afectadas.
Campaña de solidaridad. RPP Noticias se ha sumado a a los esfuerzos solidarios para ayudar a las víctimas del incendio e invita a los ciudadanos de Lima a acercarse a nuestra sede de la avenida Paseo de la República 3866 (Cruce Vía Expresa con la avenida Aramburú) desde las 8 de la mañana de este sábado 5 de noviembre trayendo sus donaciones.
Se recomienda donar alimentos no perecibles como latas de comida con abre fácil, agua, ropa, frazadas, carpas, pañales, papel higiénico y toallas higiénicas. Las donaciones se recibirán hasta el domingo 6 de noviembre y serán transportadas el lunes a Cantagallo.
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