Se debe a la publicación de un poema donde el escritor alemán y Premio Nobel de Literatura advierte que el Estado judío es ´una amenaza para el mundo´.
Israel declaró hoy persona non grata al escritor alemán y Premio Nobel de Literatura, Günter Grass, por un poema que difundió la semana pasada en el que advertía que el Estado judío era una amenaza para el mundo por su poderío nuclear.
"Los poemas de Grass alientan las llamas del odio contra Israel y el pueblo de Israel, y son un intento de fomentar la idea de la que formó parte públicamente cuando vistió el uniforme de las SS", dijo hoy el ministro del Interior, Eli Yishai, al justificar su decisión.
Sus portavoces explicaron al diario Haaretz en internet que, de acuerdo a las leyes de inmigración y entrada en Israel, el escritor había sido declarado personan non grata y por lo tanto no se le permitirá el acceso al país.
El ministro también destacó que "si Grass quiere seguir difundiendo su creación deforme y engañosa le sugiero que lo haga en Irán, allí encontrará oyentes", alusión a la comparación que hizo el escritor entre los dos países.
El jueves fue el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien sacó a relucir los mismos argumentos del poema publicado por Grass al asegurar que "es Irán, y no Israel, al que supone una amenaza para la paz mundial".
"La vergonzosa comparación que hizo entre Israel e Irán, un régimen que niega el Holocausto y llama a la destrucción de Israel, dice muy poco sobre Israel y mucho sobre el propio Grass", afirmó el primer ministro en su comunicado.
De 84 años y con rango de instancia moral en Alemania, Grass denunció el programa atómico de Israel con un texto titulado "Was gesagt werden muss" ("Lo que hay que decir"), publicado simultáneamente por el "Süddeutsche Zeitung", diario de referencia en Alemania, el español "El País", el estadounidense "The New York Times" y el italiano "La Repubblica".
El poema fue tachado de antisemita por la comunidad judía alemana y por Israel, y criticado por un amplio espectro de los políticos alemanes.
EFE
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