La alfombra roja del festival de cine se traslada cada día a los diferentes barrios de la capital para acercar los filmes a la población.
La alfombra roja del festival de cine de Berlín se traslada cada día, con el programa "Berlinale Goes Kiez", desde su lugar habitual a los diferentes barrios de la capital, para acercar las películas a la población y favorecer que los vecinos tengan la oportunidad de charlar con directores y actores.
Con "Berlinale Goes Kiez" (Berlinale se va al barrio), en cada jornada un par de películas que se han exhibido ya en las pantallas oficiales del festival
son proyectadas en alguno de los cines o teatros más pequeños y alternativos que se encuentran repartidos por los diversos vecindarios de Berlín.
El programa, que se enmarca dentro del sesenta aniversario de la Berlinale, comenzó el pasado viernes y acabará el próximo domingo, tras haber proyectado 25 obras cinematográficas de diversas secciones, desde la de Competición a la de Panorama, incluyendo algunos cortos.
En cada una de las proyecciones, una personalidad de Berlín se comporta como maestro de ceremonias y, con alfombra roja incluida, da la bienvenida a los actores y directores de los filmes, mientras que la muchedumbre se agolpa para poder conseguir una foto o un autógrafo de los artistas, fuera del área de la Postdamer Platz, recinto principal del festival.
Además, en un intento por popularizar la Berlinale, los asistentes a estas proyecciones, en su mayoría cinéfilos fieles a sus salas tradicionales, tienen la oportunidad de charlar con los cineastas, en un ambiente distendido y sin la multitud de medios de comunicación que rodea otras partes del festival.
Entre los cines incluidos en el circuito se encuentra uno de los más conocidos y originales de Berlín, el Hackesche Höfe Kino, situado en el ático de un antiguo edificio del centro de la capital, donde ayer se proyectó una de las películas de la sección oficial que van a competición, "A Somewhat Gentle Man".
El film, uno de los que mejores críticas ha cosechado por el momento, está dirigido por el noruego Hans Petter Moland y protagonizado por el sueco Stellan Skarsgard, conocido, entre otras películas, por "Dancer in the Dark", "Piratas del Caribe" o "El exorcista".
La película que el sueco protagoniza este año en la Berlinale expresa un humor diferente, en una historia de un ex carcelario donde no se sabe si hay que alegrarse o compadecer al héroe por sus éxitos sexuales.
Anoche, en los alrededores del cine de barrio la expectación aumentó cuando Skarsgard bajó del coche y pisó la alfombra roja para ser atacado por multitud de flashes al tiempo que algunos incondicionales pedían su firma, algo a lo que él accedió con simpatía.
Tras las fotos de rigor, el actor y l resto del equipo de la película entraron en la sala para, con una breve y cómica presentación sobre el "cómo se hizo", ganarse al público sentado en las butacas.
"Berlinale Goes Kiez" tiene esta noche una de las proyecciones más interesantes, ya que la película "Neukölln Unlimited" se proyectará en un cine del barrio berlinés de NeuKölln, donde fue grabada.
El barrio, situado al sur de Berlín, es, junto a Kreuzberg, uno de los que tiene un mayor número de población inmigrante, algo que quedará representado en la película de esta noche que, precisamente, tratará los problemas de una familia de origen libanés que persigue conseguir el permiso de residencia alemán.
-EFE-
Con "Berlinale Goes Kiez" (Berlinale se va al barrio), en cada jornada un par de películas que se han exhibido ya en las pantallas oficiales del festival
son proyectadas en alguno de los cines o teatros más pequeños y alternativos que se encuentran repartidos por los diversos vecindarios de Berlín.
El programa, que se enmarca dentro del sesenta aniversario de la Berlinale, comenzó el pasado viernes y acabará el próximo domingo, tras haber proyectado 25 obras cinematográficas de diversas secciones, desde la de Competición a la de Panorama, incluyendo algunos cortos.
En cada una de las proyecciones, una personalidad de Berlín se comporta como maestro de ceremonias y, con alfombra roja incluida, da la bienvenida a los actores y directores de los filmes, mientras que la muchedumbre se agolpa para poder conseguir una foto o un autógrafo de los artistas, fuera del área de la Postdamer Platz, recinto principal del festival.
Además, en un intento por popularizar la Berlinale, los asistentes a estas proyecciones, en su mayoría cinéfilos fieles a sus salas tradicionales, tienen la oportunidad de charlar con los cineastas, en un ambiente distendido y sin la multitud de medios de comunicación que rodea otras partes del festival.
Entre los cines incluidos en el circuito se encuentra uno de los más conocidos y originales de Berlín, el Hackesche Höfe Kino, situado en el ático de un antiguo edificio del centro de la capital, donde ayer se proyectó una de las películas de la sección oficial que van a competición, "A Somewhat Gentle Man".
El film, uno de los que mejores críticas ha cosechado por el momento, está dirigido por el noruego Hans Petter Moland y protagonizado por el sueco Stellan Skarsgard, conocido, entre otras películas, por "Dancer in the Dark", "Piratas del Caribe" o "El exorcista".
La película que el sueco protagoniza este año en la Berlinale expresa un humor diferente, en una historia de un ex carcelario donde no se sabe si hay que alegrarse o compadecer al héroe por sus éxitos sexuales.
Anoche, en los alrededores del cine de barrio la expectación aumentó cuando Skarsgard bajó del coche y pisó la alfombra roja para ser atacado por multitud de flashes al tiempo que algunos incondicionales pedían su firma, algo a lo que él accedió con simpatía.
Tras las fotos de rigor, el actor y l resto del equipo de la película entraron en la sala para, con una breve y cómica presentación sobre el "cómo se hizo", ganarse al público sentado en las butacas.
"Berlinale Goes Kiez" tiene esta noche una de las proyecciones más interesantes, ya que la película "Neukölln Unlimited" se proyectará en un cine del barrio berlinés de NeuKölln, donde fue grabada.
El barrio, situado al sur de Berlín, es, junto a Kreuzberg, uno de los que tiene un mayor número de población inmigrante, algo que quedará representado en la película de esta noche que, precisamente, tratará los problemas de una familia de origen libanés que persigue conseguir el permiso de residencia alemán.
-EFE-
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