Todos en algún momento nos veremos frente a esta situación, donde perderemos nuestra facultades, haciéndonos dependientes de otras personas.
Cuando llegamos a la tercera edad, son muchas las causas que nos pueden llevar a estar ligados a otras personas por estados de falta o pérdida de autonomía física, psíquica o intelectual.
Se nos dificulta realizar nuestras funciones corporales y básicas de la vida diaria como las tareas domésticas, de higiene, alimentación etc.
Además, perdemos nuestra capacidad de tomar decisiones propias.
Esto nos puede afectar psiquicamente, ya que al ser personas que en su vida no han necesitado a nadie para realizar sus funciones más básicas, de pronto deben de depender de alguien más, porque fisicamente ya sus cuerpos no responden de la misma manera.
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