Existen diversos temas relacionados con las alteraciones en las parejas; sin embargo, la indiferencia no llega a ser una enfermedad, sino más bien, una actitud que tiene la persona al tomar la decisión de actuar con desprecio.
Ser indiferentes significa no preocuparse del sufrimiento, problemas o necesidades de la pareja e hijos ante cualquier situación y se presenta en personas con una base de egoísmo muy marcada que viene desde la etapa de la niñez.
Detrás de esta conducta aprendida de la niñez también hay una tendencia al narcisismo, que significa amarse solamente a uno mismo. Es decir, los indiferentes no son así con ellos mismos, por el contrario, tienen a estar pendientes de su propio bienestar.
“Son sumamente preocupados, están mirándose constantemente al espejo, tienen la mejor ropa, están pensando que la plata es solo para ellos, y esta actitud hace que la pareja sufra enormemente igual que los hijos”, opina el doctor Fernando Maestre.
Asimismo, comenta que frente a la posibilidad de recuperar a una persona indiferente, “sí se puede, siempre y cuando éste tenga un buen terapeuta que le haga ver esas tendencias egoístas que tiene, sobre todo que entienda que su mejor calidad de vida es siendo generoso, teniendo una amplia entrega para los hijos y la esposa (o)”.
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Producción: Claudia Alarco La Cruz
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