María, de 29 años, es una de las pacientes con las que se está ensayando la técnica. Esta joven tenía trastorno obsesivo compulsivo ´de toda la vida´. ´Pensaba que hacía cosas normales, pero las repetía continuamente, me lavaba las manos todo el rato´, cuenta la mujer.
La psicocirugía intenta tratar el trastorno obsesivo compulsivo con implantes de electrodos.
El caso más conocido y logrado hasta la fecha es el de las intervenciones para regular el párkinson. Pero hay muchas otras posibilidades. Por ejemplo, y en eso está trabajando Juan Antonio Barcia, jefe de Neurocirugía del hospital Clínico de Madrid, es el trastorno obsesivo compulsivo (las manías, en lenguaje coloquial), una enfermedad que en mayor o menor grado afecta al 1,5% de la población y que en los casos más extremos puede ser “extremadamente incapacitante”.
Barcia explica que hay varios tipos de este comportamiento: los obsesionados con el orden y la simetría, los coleccionistas, los que sufren de pensamientos recurrentes y los de la limpieza, y que desde hace poco se sabe, gracias a un español, David Mataix-Cols, que aunque pertenecen al mismo al grupo de enfermedades, su base está en distintos puntos de una misma zona cerebral.
María, de 29 años, es una de las pacientes con las que se está ensayando la técnica. Esta joven tenía trastorno obsesivo compulsivo “de toda la vida”. “Pensaba que hacía cosas normales, pero las repetía continuamente, me lavaba las manos todo el rato”, cuenta la mujer.
Entonces, María acudió a la Clínica López-Ibor, que la derivó al Clínico. En el hospital de Madrid tienen en marcha un programa de investigación, financiado por el Fondo de Investigación Sanitaria (FIS), del Ministerio de Sanidad.
La operaron en octubre pasado. El aparato se coloca en el pecho, y los cables llegan al cerebro. Durante tres meses ha tenido un electro funcionando, pero ni ella ni el médico saben cuál. Lo que se ha hecho es medir su comportamiento.
María derrocha optimismo. Tanto, que afirma que ya desde el momento de la operación “notó un subidón”.
No se trata de operar a cualquiera. Dos psiquiatras independientes deben certificar que es un candidato idóneo. Y tiene que tener “una pérdida de calidad de vida evidente”.
Los resultados son tan preliminares que todavía no hay nada que publicar. Pero están esperanzados. “Son personas con una calidad de vida muy mala. Lo que habrá que medir es si mejora”, dice el médico.
Fuente: El país.com
Era Tabú, bajo la conducción del doctor Fernando Maestre, de lunes a viernes a las 04:30 de la tarde.
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