La verdad construye esperanza y futuro

El Arzobispo de Lima se refirió a la situación que se viene viviendo por los conflictos sociales contra el proyecto minero Conga en Cajamarca, y destacó que lo más importante para que exista un diálogo entre ambas partes es necesario buscar, construir y amar la verdad.

“Existen contradicciones que hay que tratar de superarlas con un esfuerzo por conocer y poder actuar en base al conocimiento de la verdad de las cosas. Hay que hacer un esfuerzo grande en tratar de descubrir los errores y sacarlos del medio”, manifestó.

“Pienso que detrás de esta violencia hay corazones endurecidos y amargados por algún motivo. El deber de tantas personas de todos los niveles es conducirlos por camino de la verdad, del bien y de la paciencia”, añadió.

Mencionó que el enfoque desde el punto de vista de la doctrina social de la Iglesia busca el bien común de lo que la familia peruana quiere lograr, dejando de lado prejuicios ideológicos en el que unos son buenos y otros malos.

“No se puede negociar con principios fundamentales para la convivencia civilizada, como el principio de autoridad, del estado de derecho, de la paz, de la seguridad pública. Hay situaciones coyunturales y pasajeras que es importante tratarlas en un clima de paz y diálogo”, expresó.

Comentó también que es necesario impedir un enfrentamiento radical que solo busca impedir soluciones moderadas y pacíficas y que buscan impedir la verdad.

“Todos tenemos un deber moral de buscar caminos pacíficos y honestos. Ni un prejuicio, ni una cosa pesimista, ni una prédica violentista, ni por otro lado un moralismo. De ninguna manera se puede dejar de lado el respeto al Estado de Derecho. La verdad hay que buscarla con esfuerzo y humildad, no con palos ni amenazas”, señaló.

El Cardenal Cipriani mencionó que los verdaderos cristianos no pueden tener odio en su corazón porque tienen la esperanza que ese Dios que se ha hecho hombre los va a visitar, a perdonar y ayudar.

“Dejar que el odio y el resentimiento vayan creciendo no ayuda para nada. Busquemos en estas semanas caminos de esperanza, de alegría y de optimismo. Busquemos una verdadera confesión y arrepentimiento”, reflexionó.

En otro momento recordó que el tiempo de Adviento, que se inicia mañana, es un período de penitencia y esperanza de que Cristo va a venir a nuestra casa y a nuestro corazón; y que muchas veces se confunde por un clima netamente materialista y egoísta.

“Hay gente que quiere crear un clima en el que los regalos, el pavo y el sueldo son lo que más vale. La experiencia nos dice que esos son fuegos artificiales que no sirven para nada. Yo te hablo de una verdad que es real, donde si no hay ese proceso de verdadera conversión no va a haber ni alegría, ni paz, ni serenidad, ni esperanza”, acotó.

Finalmente, animó a todos los peruanos a no permitir que la violencia y la mentira se impongan en el desarrollo del Perú; del mismo modo exhortó a las autoridades a actuar de la mejor manera posible para solucionar los conflictos que separan al país.

“La violencia retrasa y destruye la esperanza. La verdad construye esperanza y futuro. Todo esto lo digo porque me parece que deberíamos, en este clima, ser un poco más honestos por amor a nuestro país y a los peruanos. No se trata de una especie de cargamontón contra la autoridad, ni ponerlos como los malos de la película. No son ni buenos ni malos, pero tienen el deber de conducir a un pueblo a ese bienestar paulatina y gradualmente”, concluyó.