¿Tradición cultural o tortura animal? Es la constante pregunta que surge ante esta actividad que polariza a diversos sectores del país.
La tauromaquia se ha tornado hoy en una actividad que polariza a un sector de la población peruana. Mientras unos cuestionan su carácter violento; otros revalorizan su dimensión histórico y cultural.
En el país, uno de los exponentes de esta polémica actividad es el empresario y extorero de trayectoria profesional, Fredy Villafuerte.
La participación de Villafuerte en las actividades taurinas empieza en la década de los 70. En corto tiempo, obtuvo grandes triunfos que lo llevaron a Europa. En lima, en 1991, consigue obtener el Escapulario de Oro del Señor de los Milagros.
En los últimos años, las corridas de toros ganaron rechazo en un gran un sector de la población peruana, que la consideran como el espectáculo de la tortura. Para William Soberón, líder del Frente Antitaurino, esta actividad es un arte de la violencia gratuita.
Según la encuesta que realizó Datum sobre este tema en el 2008, el 68% de peruanos quisiera que se prohíba las corridas de toros por ley. pero villafuerte insiste en que la tauromaquia es una tradición cultural que debe ser valorada como tal.
Esta lucha ha motivado que se presenten iniciativas legislativas en contra de uno de los eventos más importante y antiguos de américa del sur.
El legislador Julio Rosas presentó un proyecto de ley que prohíbe el ingreso de menores de 18 años a las corridas de toros. Fue aprobado por la Comisión de la Mujer del Congreso, alegando que este espectáculo tiene un alto contenido de violencia.
El sociólogo Manuel Benza opina que los medios de comunicación representan un mayor peligro de exposición a la violencia para la población que la corrida de toros.
Asimismo, Benza Pflücker indica que los defensores de los derechos de los animales deberían también poner énfasis en salvaguardar las garantías fundamentales de los sectores socialmente postergados.
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