Las heridas abiertas tras una separación: cerrando círculos

¿Cuáles son las razones por las que una relación de pareja se quiebra? Por lo general una ruptura significa una pérdida para el varón o la mujer, ya que se cierra un proyecto de vida al que ambos le habían puesto muchas ilusiones.

Pueden enumerarse diversos motivos para que este proyecto de vida mutuo no continúe más, entre ellos la infidelidad, los celos, incompatibilidad, llevar una relación a distancia, maltrato físico y psicológico, entre otros.

Una separación provoca diversas formas de malestar como depresión, ansiedad, falta de apetito, insomnio, cansancio…; síntomas que de una u otra forma significa que la separación no se ha dado del todo, que todavía hay que revisar internamente por qué todavía es difícil retomar una nueva vida, en soledad o con otra pareja.

De hecho, una de las partes va a resultar más afectada que la otra, por ello es normal que se tome un tiempo para procesar su duelo, y más todavía si fueron varios años de convivencia. Ambos deben tener la madurez suficiente para reconocer y asumir con responsabilidad en qué momento deben decidir dejar por zanjada la relación.

Las primeras consecuencias de una ruptura son por lo general, tras haber tomado esa decisión, peor de lo que se esperaba ya que suele afectar la autoestima de la persona así como su situación económica. Esto se agudiza si hay hijos de por medio y si llegaron a compartir diferentes compromisos (propiedades, amistades, cuentas bancarias, entre otros).

Después de una ruptura, cuando se está lejos del hogar, la pareja puede tomar conciencia de la situación y observar muchas cosas que antes no prestaba atención y fueron motivo de la separación, y entonces echará en falta tal o cual detalle que le dio satisfacción o beneficio en su momento.

Por otro lado, si la separación ha sido traumática, deberán enfrentarse al rechazo mutuo; pero si esta se dio en términos amistosos, es probable que después surjan las dudas y el arrepentimiento. Esa corriente emocional persiste por muy desagradable que haya sido la relación.

Si la pareja vivió una corta relación, es preferible separarse antes de comprometerse en matrimonio, así será menos problemática la ruptura. En el caso de las parejas estables, el divorcio provocará confusión. Uno de ellos deberá salir de la casa, tendrán que hacer ajustes económicos, y acordar la tutela y potestad de los hijos si los hubiera.

El primer año puede suscitarse un declive emocional tanto para la pareja como para los hijos. Los cambios de vivienda, de ciudad, o escuela en el caso de los hijos, serán fuentes de estrés que en su momento actuarán negativamente mientras se ajustan a su nueva situación.

En estas circunstancias es importante contar con una red de amistades y familiares que puedan ayudar y dar soporte emocional a la pareja, así como a los chicos, para evitar que sufran las consecuencias de la ruptura. Es necesario que los padres tomen conciencia de este hecho por el bienestar de sus hijos.

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