El estreno de la cinta será a través de la cadena Lifetime, en medio de críticas poco favorables.
El apasionado romance entre Elizabeth Taylor y Richard Burton regresa a escena gracias al estreno este domingo de "Liz & Dick", un filme protagonizado por Lindsay Lohan y Grant Bowler sobre esa tumultuosa relación, y especialmente a la publicación de los diarios del célebre actor.
El estreno de la cinta será a través de la cadena Lifetime, a las 21.00 hora local, si bien hasta ahora las críticas han sido poco amables con este producto dirigido por Lloyd Kramer ("The Five People You Meet in Heaven") y escrito por Christopher Monger ("Temple Grandin").
El proyecto llega al mismo tiempo que se han hecho públicos extractos de "The Richard Burton Diaries", confeccionados a base de notas, diarios personales y otros documentos personales escritos principalmente entre finales de los 60 y comienzos de los 70.
Taylor y Burton comenzaron su romance en 1963 durante el rodaje de "Cleopatra", cuando por entonces los dos estaban casados con otras personas, lo cual provocó un acoso por parte de la prensa que se extendió el tiempo que duró su relación.
Ambos se casaron en 1964 para divorciarse una década después, contraer matrimonio de nuevo en 1975 y divorciarse una vez más en 1976.
El libro ha sido editado por el profesor Christopher Williams, de la Universidad de Swansea, en Gales, y en él se detalla con clarividencia los problemas con el alcohol de Taylor, su amor a prueba de bombas, la pasión que destilaba su relación y la fascinación de Burton por Taylor.
"Durante el último mes, con muy pocas excepciones, Liz se ha ido a la cama no mareada o bebida, sino completamente borracha. Incapaz de caminar recta, hablando de forma lenta y sin sentido, con una voz similar a la de un niño demente (...). Si fuera otra persona, me largaría de aquí. Pero es la mujer de mi vida", escribía el intérprete en enero de 1969.
"He intentado imaginar la vida sin ella pero no he podido. Estamos unidos para siempre", añadía.
Acerca de las relaciones sexuales que mantenían, sostuvo: "Liz es como un ligue de una noche eterno. Es mi amante privada y personal. Y es lasciva. Es imposible explicar en qué consiste el sexo con ella. Bueno, lo diré: recibe todo, ¡devuelve la pelota de forma perpetua!".
Y sobre el esplendor físico de Taylor, manifestó en marzo de 1969: "No detecto signos de envejecimiento en ella. Su piel es tan suave, joven y sin arrugas como siempre. Sus pechos, a pesar de su tamaño y considerable peso, han caído ligeramente pero no más de cómo estaban hace 10 años. Su trasero es firme y redondo. Debe perder algo de barriga".
Además no dudó en reconocer que el alcohol fue clave en el final de su segundo matrimonio con Taylor porque se había convertido en "un borracho empedernido".
"Ayer acabé muy borracho y me sentía fatal por la mañana. Fui a las 9.30 a buscar un brandy doble pero el bar estaba cerrado hasta las 10. Pregunté por Fritz (el gerente). Abrió a regañadientes y me sugirió que tomara vodka para que no oliera tanto cuando E (Elizabeth Taylor) me diera el beso matinal", describió.
EFE
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