Líderes prestan especial atención a cómo superar la crisis de deuda y los altos precios del petróleo.
Mientras hace un año el debate entre Washington y las capitales europeas giraba en torno a la palabra estímulo frente a la austeridad, ahora también el presidente de EEUU, Barack Obama, reconoce que es necesario buscar un equilibrio.
Con vistas a las elecciones de noviembre, en las que buscará un segundo mandato, a Obama le interesa que la eurozona salga de la crisis porque eso repercutirá favorablemente en la recuperación económica en EEUU, todavía frágil, pese a que Washington recurrió a una política de fuerte estímulo para hacer frente a la crisis financiera entre 2007 y 2009.
La Comisión Europea propuso hace tiempo medidas para reactivar la renqueante economía, como unos bonos para financiar proyectos de infraestructura claves, un mejor uso de los fondos estructurales para fomentar el empleo y una mejor implementación de Europa 2020, la estrategia de crecimiento del bloque, entre otras medidas.
El G8 busca hacer una promesa para garantizar un suministro asequible de la energía y un esfuerzo para reducir los contaminantes medioambientales de corta duración.
Además de avanzar igualmente en el "Partenariado de Deauville", lanzado el año pasado para apoyar el proceso de reformas en los países árabes y que en esta ocasión se centrará en la gobernanza, los acuerdos comerciales y la recuperación de activos.
EFE
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