Tradujo la sequía de Atacama mediante los tonos tierra en las prendas, tejió las líneas de Nazca sobre un jersey de alpaca y emuló al Perú con bufandas de rayas.
Louis Vuitton, cuyo nombre se asocia inevitablemente a los viajes, se desplazó hoy virtualmente a Sudamérica con una colección masculina para el próximo otoño-invierno, que presentó sobre un dibujado desierto de Atacama.
A Kim Jones, responsable de la línea masculina de la casa del gigante del lujo LVMH, le surgió la idea mientras observaba mapas y fotos aéreas de la NASA, por lo que no quiso emular "un viaje real", como precisó a la prensa tras el desfile, sino virtual.
Seducido por este universo "tan exótico", tradujo la sequía de Atacama mediante los tonos tierra que se propagaron por las prendas, tejió las líneas de Nazca sobre un jersey de alpaca y emuló Perú con bufandas de rayas.
A pesar de que la inspiración surgió en la distancia, la firma se ha interesado por el saber hacer textil de Sudamérica: ha tejido algunas prendas a mano y ha trabajado materiales de la región, como la vicuña, la alpaca o la chinchilla.
El espíritu aventurero de Hiram Bingham III, a quien se atribuyen los primeros estudios arqueológicos del Machu Picchu, ha sido recuperado por Vuitton, que ha introducido pantalones y botas de montañero.
Este desfile de Louis Vuitton a cargo de Kim Jones, responsable de la línea masculina desde 2011, es el primero sin la supervisión de Marc Jacobs, quien se despidió de la dirección creativa de la casa tras presentar su colección de mujer a principios del pasado mes de octubre.
El actor estadounidense Will Smith, quien ayer ya se dejó ver en la presentación de Valentino, descubrió hoy en primera fila los diseños de Louis Vuitton, como pudo comprobar Efe, en el invernadero acristalado del parque André Citroën, al suroeste de París.
Los abrigos de lana fueron largos con solapas en pico o deportivos ajustados con un cinturón; las parkas se construyeron sobre patrones de diferentes colores, como el marino y el burdeos, y los chaquetones fueron de zalea -cuero curtido para que conserve la lana- y cremallera.
Esta colección recuperó los icónicos cuadros del tablero de ajedrez que Louis Vuitton y su hijo Georges crearon en 1888 y que Jones ha imprimido en cobalto en una cartera y en bolsas de viaje deportivamente elegantes.
En cuanto a la paleta de color, además de los tonos ocres, la casa francesa ha incorporado los azules, que ha declinado en sus tonalidades más frescas, como el turquesa.
Los trajes de chaqueta y pantalón destilaron elegancia en el cierre del desfile con americanas cruzadas o con franjas en degradado.
Los pantalones presumieron de ser estrechos, sin llegar a pitillo, y en algunos modelos mostraron un desganado tiro bajo.
EFE
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