Durante la primera hora del filme vemos el ´duelo´ de Bella (Stewart) por la partida de Edward (Pattinson) y su familia, y su reencuentro con Jacob (Lautner).
Precedida de una enorme expectación, la segunda entrega de la saga "Crepúsculo" (Twilight) llega esta semana a los cines y probablemente no decepcionará a los más fanáticos, pero "Luna Nueva" es una película facilona, en exceso fiel a la obra y en la que el director no ha asumido ningún riesgo.
El director, Chris Weitz ("The Golden compass", 2007) no hace el más mínimo esfuerzo por mejorar un producto que se ha convertido en un fenómeno mundial, con unos seguidores que consumen todo lo que tiene que ver con la saga sin apenas pestañear.
Weitz repite en "Crepúsculo: Luna Nueva" (New Moon) la fórmula que le ha funcionado a Stephenie Meyer en los libros y mezcla con habilidad todos los elementos que gustan a los adolescentes.
Vampiros, hombres lobo, una historia calcada de Romeo y Julieta que interpreta una pareja protagonista con gancho (Kristen Stewart y Robert Pattinson), un tercero en discordia (el tan musculoso como inexpresivo Taylor Lautner), un poco de incomprensión adolescente, unas cuantas peleas y una imagen neoromántica de lo más adecuada.
Pero aunque los fans de Bella y Edward se den por satisfechos, lo cierto es que la película se enrolla sobre sí misma para dar como resultado una historia larga, a ratos bastante aburrida y en la que, lo poco interesante se concentra en la última media hora.
Durante la primera hora y cuarto de la película asistimos al "duelo" de Bella (Stewart) por la partida de Edward (Pattinson) y su familia y a su reencuentro con Jacob (Lautner), el descendiente de lobos, todo ello a un ritmo tremendamente cansino y rodeado de un aura de filosofía adolescente.
Sólo cuando Bella es amenazada y entran en acción los hombres lobo (con escenas muy cuidadas y con una fantástica técnica de efectos especiales) la historia empieza a animarse.
Sin embargo, es demasiado evidente que se trata de una historia de transición hacia la "conversión" de Bella, algo que veremos en la tercera parte ya en preparación y que se estrenará en 2010. Y esa sensación de no ver la historia completa lastra el desarrollo de este segundo filme.
Pero seguro que los fans -mayoría de adolescentes pero no solo- disfrutarán del amor lleno de dificultades de Bella y Edward y de los numerosos torsos desnudos que aparecen en "Luna Nueva", como salidos de un catálogo de gimnasios.
EFE
El director, Chris Weitz ("The Golden compass", 2007) no hace el más mínimo esfuerzo por mejorar un producto que se ha convertido en un fenómeno mundial, con unos seguidores que consumen todo lo que tiene que ver con la saga sin apenas pestañear.
Weitz repite en "Crepúsculo: Luna Nueva" (New Moon) la fórmula que le ha funcionado a Stephenie Meyer en los libros y mezcla con habilidad todos los elementos que gustan a los adolescentes.
Vampiros, hombres lobo, una historia calcada de Romeo y Julieta que interpreta una pareja protagonista con gancho (Kristen Stewart y Robert Pattinson), un tercero en discordia (el tan musculoso como inexpresivo Taylor Lautner), un poco de incomprensión adolescente, unas cuantas peleas y una imagen neoromántica de lo más adecuada.
Pero aunque los fans de Bella y Edward se den por satisfechos, lo cierto es que la película se enrolla sobre sí misma para dar como resultado una historia larga, a ratos bastante aburrida y en la que, lo poco interesante se concentra en la última media hora.
Durante la primera hora y cuarto de la película asistimos al "duelo" de Bella (Stewart) por la partida de Edward (Pattinson) y su familia y a su reencuentro con Jacob (Lautner), el descendiente de lobos, todo ello a un ritmo tremendamente cansino y rodeado de un aura de filosofía adolescente.
Sólo cuando Bella es amenazada y entran en acción los hombres lobo (con escenas muy cuidadas y con una fantástica técnica de efectos especiales) la historia empieza a animarse.
Sin embargo, es demasiado evidente que se trata de una historia de transición hacia la "conversión" de Bella, algo que veremos en la tercera parte ya en preparación y que se estrenará en 2010. Y esa sensación de no ver la historia completa lastra el desarrollo de este segundo filme.
Pero seguro que los fans -mayoría de adolescentes pero no solo- disfrutarán del amor lleno de dificultades de Bella y Edward y de los numerosos torsos desnudos que aparecen en "Luna Nueva", como salidos de un catálogo de gimnasios.
EFE
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