El padre José Chuquillanqui destacó la religiosidad del pueblo de Manchay, que se preparó con gran recogimiento durante muchos días para esta fiesta central.
Una gran fiesta religiosa vivió Manchay por la Virgen del Rosario, patrona de este pujante pueblo, con la asistencia de más de cinco mil personas, quienes participaron emocionadamente de una misa, procesión y un concurso de alfombras.
El evento fue presidido por monseñor Raúl Chau, obispo auxiliar de Lima, acompañado por el padre José Chuquillanqui, párroco de Manchay. En la homilía, monseñor Chau destacó el papel de María en la salvación y la aplicó de un modo singular a la historia de Manchay.
El padre Chuquillanqui agradeció la presencia del Obispo y destacó la religiosidad del pueblo de Manchay, que se preparó con gran recogimiento durante muchos días para esta fiesta central. Además resaltó que los niños, jóvenes, adultos, religiosas, trabajadores, ancianos, conjuntamente con sus cinco sacerdotes que trabajan en esta Vicaría, han rezado mucho por el cardenal Juan Luis Cipriani, quien ha sido objeto de maltrato.
Finalizó agradeciendo todo el apoyo que viene brindando el cardenal Cipriani a Manchay desde que en 1999 fue nombrado arzobispo de Lima: “Cardenal, queremos que sepa que en Manchay y en otros lugares del país, lo queremos, respetamos y defendemos, valores que los pobres no hemos perdido”, señaló el padre José.
Cabe mencionar que participaron del concurso 46 alfombras de flores, expresión muy provinciana y que ha tomado cuerpo en Manchay. Igualmente intervinieron en las celebraciones danzantes venidos de la Sierra Central y la banda del colegio San José de Jauja. Estuvieron presentes el alcalde de Pachacamac y sus regidores, así como otras autoridades policiales y gubernamentales.
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